Derrota con honores (80-89)

Curiosa circunstancia la del baloncesto mundial en estos días, con la guerra entre la Euroliga y la FIBA en pleno apogeo con las ventanas de selecciones. Viendo el encuentro del Unicaja ante el CSKA, en el que el conjunto malagueño cayó pero luchó hasta el último segundo (80-89), parece que la competición continental es la ganadora, tal y como fue un conjunto ruso que sufrió pero que terminó venciendo por cansancio de los cajistas.

El CSKA no salió con reparos al Martín Carpena y rápidamente quiso imponer su mayor ritmo y capacidad anotadora de la mano de Nando de Colo. El base/escolta francés es uno de los mejores del continente y así lo demostró sin dar respiro a los malagueños, que ya se veían rápidamente por detrás incapaz de parar el torrente ofensivo que era el ejército ruso. En apenas dos minutos, Plaza quitó a su base, McCallum, para dar entrada a Alberto Díaz, algo que ha ya hecho en otra ocasión esta misma temporada.
El Unicaja no encontraba la forma de percutir en la zona, con un intenso y a la vez rocoso Kyle Hines. El americano, a pesar de medir sólo dos metros, fue capaz de parar a Shermadini, impotente ante este tipo de jugadores. El CSKA quería terminar por la vía rápida el encuentro (7-19), dando entrada a Sergio Rodríguez, uno de los pocos rivales que no han pasado por Los Guindos y al que se le ha aplaudido en la presentación. Plaza tuvo que tirar de Nemanja Nedovic, aún lesionado del hombro, para dar un aire fresco al equipo, que se veía otra vez siendo ampliamente superado por su rival. Se le notó incómodo al de Nova Varos, a pesar de no jugar a mal nivel.
La amplia diferencia al final del primer periodo (16-27) no desalentó a una plantilla que está deseosa de darle la vuelta a las sensaciones. Por ello tiró de la defensa de Alberto Díaz, un registro que no se había visto todavía en el encuentro ante los rusos. El pelirrojo alentó a su equipo y al público que, tras un buen par de defensas, se vino arriba. En la zona Augustine nadaba como pez en el agua teniendo enfrente a un Otello Hunter que, en ataque, recuperaba todos los balones en el aro. Pero el bloqueo y continuación de Alberto Díaz y de McCallum con Augustine, esta vez sí, dio sus frutos.
El Martín Carpena, a base de defensa, creía en su equipo. Era capaz de frenar a todo un ejército de baloncesto como el CSKA siendo rocoso atrás, donde más tenía que mejorar tras el primer cuarto. Con Waczynski siendo incisivo tanto en la línea exterior como en la zona intermedia, los malagueños fueron recortando poco a poco la diferencia. Una canasta en penetración de McCallum puso en mínima la diferencia (31-32; 37-38), pero si algo tiene el CSKA es mucho potencial ofensivo y defensivo. Por ello es el presupuesto más alto de Europa. Tras una discutible técnica por flopping a Waczynski, el CSKA volvió a coger la directa para marcharse con una renta cómoda al descanso (39-46) a la vez que el Martín Carpena la tomaba con el trío arbitral.
Con el tercer cuarto entró el factor diferencial del encuentro, los árbitros. En una incomprensible decisión, anularon un triple de Salin, quitaron cinco segundos a la posesión y acto seguido pitaron una antideportiva de nuevo con Salin como protagonista, todo esto habiéndose parado cinco minutos el encuentro. Con el público encima, el Unicaja no quería dar por terminado el partido demasiado pronto y es que, a pesar de que se volvieron a ir los rusos (46-55), los de Plaza anotaron tres triples consecutivos empataron el encuentro (55-55). 15 minutos para el final e igualdad máxima en el marcador.
Y ahí, en medio de la locura, apareció el más cuerdo de todos, el que quiere dominar por y para sus compañeros, Ray McCallum. Qué manera de correr el contraataque. Qué manera de penetrar –siempre por la izquierda-. Qué manera de levantar al público de sus asientos. Dos contraataques seguidos, ambos con falta personal y adicional anotado, pusieron en el disparadero al Unicaja, que se frotaba los ojos ante tal recital. Estaba empequeñeciendo el cuadro verde al rojo. Salin tuvo la oportunidad de poner al Unicaja a ocho, pero erró el lanzamiento. Aun así, los cajistas no dudaban en seguir corriendo (65-63).
La oda al baloncesto siguió durante el último cuarto. Cada posesión parecía la que decidía el encuentro, tanto por una como por otra parte. Con el Carpena encendido, el Unicaja tiene consigo a seis jugadores en pista, pero a veces es hasta insuficiente ante un equipo del arsenal del ejército ruso, capaz de anotar con todos los jugadores que tiene en la plantilla. Ahí apareció Sergio Rodríguez, que se siente como en casa en el Martín Carpena. Con De Colo desaparecido, el tinerfeño llevó las riendas de los de Itoudis.
Plaza, consciente de que sólo tenía un partido esta semana, decidió alargar los tiempos de rotación, algo que a corto plazo salió bien el partido pero que terminó pagando en los últimos minutos. Ello le permitió al Unicaja estar en todo momento en el encuentro, pero a falta de tres minutos el cansancio llegó al equipo malagueño. Tres ataques consecutivos mal ejecutados fueron suficientes para decir basta.
80 Unicaja Baloncesto (16-23-26-15): McCallum (12), Salin (5), Díez (2), Brooks (2), Shermadini (4) – quinteto inicial- Díaz (5), Milosavljevic (4), Nedovic (0), Waczynski (15), Augustine (18), Suárez (13).
89 CSKA Moscú (27-19-17-26): De Colo (13), Higgins (14), Kurbanov (6), Vorontsevich (13), Hines (6) – quinteto inicial- Rodríguez (21), Clyburn (6), Khryapa (0), Hunter (10).
Árbitros: Jovcic (SRB), Boltauzer (SLO), Papapetrou (GRE).
Incidencias: Partido correspondiente a la jornada 9 de la Euroliga disputado en el Palacio de los Deportes José María Martín Carpena ante 7.893 espectadores.