Vitamina Cooley

Llegó sin hacer mucho ruido, para reforzar la pintura del Unicaja, aunque con unas declaraciones de lo más llamativas: "Me parezco un poco a Dennis Rodman en lo físico, pero no estoy tan loco fuera de la pista como él".

Jack Cooley se refería a su capacidad reboteadora, su mayor virtud, que siempre fue de su mano a lo largo de su carrera. El día que debutó, el americano dejó muy buenas sensaciones en el Martín Carpena, con 8 puntos y 5 rebotes frente al FC Barcelona Lassa en un partido loco y de alternativas en el que la remontada cajista -sin final feliz para los malagueños- empezó en él, en sus ganas, en su energía y en su forma de contagiar a los compañeros.  Cooley, por sus características, por su especialización en el juego oscuro, no prometía números descollantes pero sí trabajo. Y lo aportó siempre, incluso en los peores momentos del Unicaja, si bien el mal momento del equipo permitía que su labor no se reconociera en exceso. En Liga Endesa, aportó en 12 partidos un total de 43 puntos -misma cifra que en rebotes y 62 de valoración, con sus minutos cayendo hasta el punto de que contra el UCAM Murcia, su tiempo en pista se limitó a 4 minutos.
Tampoco en Euroliga sus números fueron mucho más allá, con 33 puntos, 13 rebotes y 41 de valoración en los 7 partidos disputados. En total, en esos 19 choques, una media de 4 puntos, 2,9 rebotes y 5,4 de valoración, con un 44,8% en tiros de 2.  Todo cambió con la marcha de Richard Hendrix, que no viajó al Palau, dándole la alternativa al americano. Cooley dio un paso al frente, con 17 puntos, 5 rebotes y 27 de valoración justo cuando había rumores de una posible salida. A partir de ahí, Jack no ha frenado el ritmo. Cooley volvió a sorprener con un 16-10 en la pista del Cedevita en solo 20 minutos de juego, con 25 de valoración. A continuación, repitió ejercicio de sobriedad contra el CAI, con 8 puntos, 6 rebotes y 13 de valoración, números que mejoró contra el Estrella Roja en Euroliga: 11-6 (16 val).
La guinda la puso este domingo en Vitoria, con un partido en el que más allá de sus estadísticas (18 de valoración merced a un 9-9), destacó su defensa a Bourousis, que se quedó con cero puntos. Y es que esa, y no los números, es la principal virtud de un jugador que, tras la marcha de Hendrix, suma brillantez en cifras a su útil labor en el equipo.  Desde la marcha de Hendrix, Cooley ha multiplicado su número de puntos (de 4 a 12,2), de rebotes (de 2,9 a 7,2) y de valoración (de 5,4 a 19,8), pasando de un 44,8% en tiros de 2 a un 68,7%.  No es casualidad que el Unicaja, en su peor momento, haya despertado de su mano y vuelva a ilusionar a su afición después de la tormenta. Tras la tempestad, Jack Cooley.