El fin de una Euroliga con sensación de oportunidad perdida
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La Euroliga acabó en clave del Unicaja. Tras el sprint final de las victorias ante el Nizhny Novgorod y el Laboral Kutxa el equipo evitó el farolillo rojo del Grupo F, que fue para el conjunto ruso. 4-10 es el balance del Top 16, que unido al 4-6 de la primera fase hace un balance de 8-16, un 33.3% de victorias.
Es un registro que no hace justicia al juego desplegado por el Unicaja, que perdió contados partidos por una diferencia amplia y siempre combatió en casi cualquier circunstancia. La trayectoria del equipo en la Liga Endesa recuerda que este equipo valía más, como veladamente reconocía Joan Plaza tras la victoria ante el Baskonia.
Todo se mueve ahora en una nebulosa a la hora de decidir qué pasará la próxima temporada. El Unicaja no tiene constancia oficial del cambio en el reparto de licencias en la Euroliga, pero el runrún es evidente. Desde un año de transición antes de otro cambio a la intención de la FIBA de recuperar los mandos de las competiciones de clubes para realzarla. "El año que viene intentaremos hacerlo mejor", fue la profética conclusión de Plaza. Nadie en el club cuenta con no estar la próxima temporada en la mejor competición.