El día que Green se volvió Jordan

En toda España se estaba hablando este domingo al mediodía de la actuación primorosa de Caleb Green. Su primer cuarto, sobre todo, lo habría firmado el mismo Michael Jordan. No es habitual ver en la ACB a alguien cuajar semejante show. Y eso encaminó una discutible victoria del Unicaja, que sigue arriba en la tabla y demuestra que una cosa es el Top-16 y otra la Liga Endesa. 71-89 ante un Tenerife en el que apenas brilló Richotti.
En unos cinco minutos, Caleb Green había anotado 17 puntos. Una cosa al más puro estilo NBA, una racha de las que prometía el americano y que alguna vez logró en Italia. No se podía pensar en otra cosa, ni en el juego de Iberostar, que pese a todo competía, ni en los triples de Toolson y Suárez.
Ojos para Green y sólo para él en un cuarto en el que sin darse cuenta el Unicaja iba ya 17-27 a falta de 45 segundos y terminó coronado con un triple sobre la bocina de Stefansson para el 17-30.
El segundo cuarto empezó con el Unicaja cogiendo numerosos rebotes de ataque pero sacándole poco jugo. El Tenerife le ponía voluntad, pero poco más. Hasta que salió Green y metió un triple desde donde le dio la gana. Sabía que entraría. Ya llevaba él los mismos puntos que todo el equipo contrario (20-34). Encima, casi de forma seguida, Toolson enchufó otro (20-37).
El ritmo anotador era altísimo, era impresionante, sobre todo desde el perímetro, donde hasta Markovic se sumaba a la fiesta (24-45). Mientras tanto, en su universo particular, Green también reboteaba y sacaba faltas. Dos tiros libres más (24-47) y mandó al banquillo a un desesperado Sikma con tres faltas. 26-49, 27 puntos Green.
Era Green y era el festival del triple, porque Suárez se sacó otro de la manga. 27-52 con un porcentaje brutal (se fue al descanso con 10/15). Pero con el 29-53, el Unicaja parpadeó y eso lo aprovechó Tenerife para intentar cerrar el primer tiempo sin sentirse muerto (37-53). Visto lo visto, para los locales no estaba mal el marcador.
Empezó el Unicaja menos fino el tercer cuarto y el Tenerife en clara línea ascendente (44-56). Después de su espectacular primera mitad, el equipo de Plaza tenía que volver a ponerse las pilas. Aunque estaban ambos equipos más fallones, no se daban respiro (45-62). Y el Unicaja logró ir llevando una cierta normalidad en la que el marcador regresaba a distancias importantes (entre 15 y 20 puntos). Granger quería resolver a su manera y se sacó de la chistera dos triples (49-70). Y con un par de arreones más terminó de sentenciar (49-72).
El último cuarto sobraba, sinceramente. Pero servía para ver al enchufadísimo Carlos Suárez, que lleva una serie de partidos a un nivel de selección. 16-5 y 26 valoración a falta de seis minutos para el final del encuentro. También para que Richotti siguiese haciendo números, amenazando la anotación de Green. No había más desde hacía un cuarto.