El Unicaja cede el sueño al Baskonia
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Cede su sueño el Unicaja de Málaga al Laboral Kutxa, que con tres triunfos todavía puede ser optimista. Tiene razones matemáticas para ellos. Los de Plaza, por mucho que pensasen en el partido a partido, no pueden sostener ya ninguna teoría sonriente en Europa.
El Unicaja y el Baskonia se pasaron prácticamente dos minutos sin anotar, hasta que Vasileiadis y Causeur inauguraron el marcador con sendos triples. Pero cinco minutos más tarde el equipo vasco ya llevaba 23. Para hacérselo mirar la defensa casjista, que pese a todo, tampoco le costaba mucho anotar.
El cuarto (27-21) dejaba ver que este Laboral Kutxa es otro, aunque eso ya había quedado claro en el Carpena hace no tantos días. De todos modos, era el Unicaja quien se tenía que exigir más a sí mismo porque no estaba ejecutando las órdenes de Plaza como debía.
Así que el equipo se apretó los machos en el segundo cuarto y el partido fue otra cosa. Liderado por Granger, el Unicaja empató el duelo (31-31) y lo mejor es que daba la sensación de que tenía ya controlado al viejo Tau.
Pero ante conjuntos de este nivel no puedes desconectar un segundo. Esto es la Euroliga. Un par de errores y te toman un par de cuerpos de ventaja. Por fortuna, Golubovic espabiló en los últimos segundos del parcial para dejar el tanteador en 44-41.
Sin embargo, algo no terminaba de cuajar en el Unicaja, que llegó a ponerse por delante en el marcador tras una técnica a Iverson (51-52) y que conforme avanzó el cuarto perdió otra vez su sitio y se dejó meter un parcial de 14-2 coronado en tres triples seguidos de San Emeterio, Adams y Causeur (65-54). Al menos dio tiempo a los de Plaza a reducir daños para irse solo siete abajo (65-58).
No, no era la noche del Unicaja. El último cuarto se metió en una fase más rancia. Más dureza en las defensa, menos canastas, más errores. El territorio que le convenía al Unicaja pero no en ese preciso momento cuando el tiempo corría a favor del Baskonia y de su ventaja. Con 76-66 y tres minutos por delante quedaba algún resquicio.
Y al menos nadie podrá negar espíritu a los de Plaza. Porque apretaron dientes y agacharon el culo para acongojar al Buesa Arena (76-72 a falta de 57 segundos). Pero Adams dio el golpe de gracia al Unicaja con un triple casi definitivo (79-72). Kuzminskas cerró el marcador. Era tarde.
