Rubén Guerrero se adapta a Estados Unidos
A finales de la pasada temporada se conocía que una de las perlas de la cantera del Unicaja, el marbellí Rubén Guerrero, emigraba a los Estados Undos para simultanear estudios y baloncesto en la Sunrise Christian Academy de Wichita (Kansas).
Una práctica que cada vez más jugadores españoles eligen. La marcha de Guerrero, que ya había jugado un puñado de partidos en Adecco Plata con el Clínicas Rincón con apenas 16 años, que fue elegido en el quinteto ideal del prestigioso torneo de Roma con el equipo junior y que fue medalla de bronce en el último Europeo sub 18 con España, cogió un tanto de sopresa en el Unicaja, puesto que se tenían puesta muchas expectativas en un jugador de 2.11 metros y con unas condiciones físicas no vistas antes en un malagueño, rápido y móvil para su altura.
Guerrero hace un curso puente para acceder a la Universidad y jugar en la NCAA el año que viene. Mientras, juega con el equipo de Prepschool de la Sunrise Academy, asentada en Kansas y que la pasada temporada firmó un record de 29-1. Este año llevan una marca de 6-3. Los Buffaloes (Búfalos), como son apodados, están entre los mejores equipos de todo Estados Unidos en esa edad. Poco a poco, Rubén Guerrero se va haciendo un hueco. Lleva el dorsal 24 y se le ve ostensiblemente más fuerte en su brazos. Su físico recuerda, salvando las distancias, al de Andrei Kirilenko. En el preludio de la Navidad ha jugado varios partidos y se ha ido consolidando. Ha tenido partidos de 10, ocho y siete puntos. Disfruta de la experiencia junto a su hermano Adrián, que también militaba en la cantera del Unicaja, dos años menor que él.
El Unicaja sigue teniendo sus derechos en España y sigue la evolución de Guerrero, sobre el que había algunas dudas sobre su carácter y competitividad, pero no de sus cualidades baloncestísticas.
