Ni Banic ni Txus, el reencuentro debe ser con la victoria
No está el horno para homenajes ni lacrimeos. Desgraciadamente la situación clasificatoria convierte el regreso a Miribilla este sábado (19:15h) de Txus Vidorreta y Marko Banic en una mera curiosidad anecdótica para un necesitadísimo Bilbao Basket.
El inesperado disgusto ante el desahuciado colista Spirou en Charleroi y el 2-6 en Liga Endesa obliga a dejar las emotividades para el final del partido, y siempre que se haya ganado a un Tuenti Móvil Estudiantes que llega sabedor de que será un duelo de alta tensión.
Ambos conjuntos vagabundean por el fondo de la tabla ACB, y el hecho de que se juegue en Bilbao impide que la palabra derrota ni tan siquiera entre en el diccionario de los hombres de negro bajo peligro de debacle.
A nadie le gusta hablar de finales o generar stress, pero es que ahora mismo da igual que los vizcaínos hayan vencido en siete de los nueve partidos disputados entre ambos clubes en Bizkaia, los tres últimos de manera consecutiva. Toca ganar sí o sí a un enemigo directo por evitar el descarrilamiento de la temporada de los de Rafa Pueyo.
De todos es sabido que Vidorreta pondrá todas las dificultades posibles en la pizarra a su expupilo. El entrenador de Indautxu podrá contar con todos sus jugadores, que llegan al partido con el plus de moral que siempre da venir de una victoria (ante La Bruixa d'Or) en la segunda prórroga.
"Ellos tienen una plantilla más larga, más experta y juegan en casa. Pero los dos tenemos una situación idéntica en la clasificación y eso presiona a ambos", decía el actual entrenador bilbaíno del Estudiantes esta semana sobre el choque en su ciudad.
Pues no queda otra que aplicarse con intensidad en defensa, espabilar en el rebote y hacer las cosas bien en ataque ante los excompañeros de Germán Gabriel. Porque la tarde viene así de ruda, no es día para compadreos, sino de cuchillo entre los dientes.