Lima, un interino menor de edad

Augusto Lima está en una nube. Hace tres años jugaba en las calles de Sao Paulo y ahora se trata en Incosol al lado de las estrellas del Unicaja. Todavía no es ni mayor de edad, vive en la residencia que el club tiene en La Paz y todas las mañanas va al instituto. Hasta ahí, todo normal. Pero sus 205 centímetros le delatan. A sus 17 años mete libros en la canasta y se lleva el balón a clase. La desafortunada lesión de Archibald le ha dejado frente a los focos. Lo suplió con soltura en Puerto Real (9 puntos) y Aíto lo ha reclutado para completar la terna de pívots en los amistosos que quedan. Sin embargo, su condición de extracomunitario le privará de debutar en la ACB, no así en la Euroliga, donde no hay problemas con los cupos.

 

Por ahora es sólo un opositor a promesa. De los primeros de la clase, pero aspirante. Sus amigos le llaman ‘Gus’. Amigos como Rafa Freire, al que convenció por Messenger para que cruzara el charco como hizo él y probara con el Unicaja. Y así fue, Freire vino, probó, gustó y ahora son vecinos de habitación. Uno de los que mejor conoce a Lima es su actual entrenador el LEB Oro, Paco Aurioles. “Es un jugador que está evolucionando, que tiene un buen físico y al que le queda mucho por aprender porque acaba de pasar su etapa júnior. Tiene una gran predisposición y somos muy optimistas con respecto a su futuro”, señaló a Eldesmarquemalaga.com.

 

El jugador, que cumple su tercera temporada en el Unicaja tras ser campeón de España consecutivamente con Manolo Trujillo y Jesús Lázaro, pasa estos días por el exigente filtro de Aíto. “Es un entrenador buenísimo, sabe mucho de baloncesto. Estoy aprendiendo bastante y lo que me queda… Con Quim Costa y Ángel Sánchez Cañete, igual, cuando fallo me dan caña para que corrija cosas en defensa”, dice el joven brasileño, que no esquiva la mirada cuando Freeland, Printezis o Jiménez le echan un cable. “Quiero aprender, tengo que agarrar con lo que sea esta oportunidad”, repite con insistencia. Tiempo tiene para hacerlo.