El despertar del fútbol chino anima la Superliga

La presencia de los equipos chinos en algunas de las contrataciones más sonadas del último mercado de invierno ha causado cierto revuelo en el mundo del fútbol. Mediante traspasos y fichas inusitadamente elevadas, los conjuntos del país asiático no sólo se han llevado a algunas de las estrellas de las grandes ligas de Europa, sino que siguen tentando a muchas otras de cara a un futuro cercano.

Mientras que futbolistas con gran cartel como Álex Teixeira, Jackson Martínez, Ramires o Gervinho han aceptado las sucuelentas ofertas chinas, Lavezzi están a un paso de hacerlo y Yayá Touré parece estar sopesando hacer lo propio el próximo verano. Una de las claves de esta repentina diáspora con destino a la Superliga la tiene el máximo mandatario chino. Tal como revelaba en una entrevista una voz autorizada dentro del fútbol del país como la del jiennense Gregorio Manzano, nuevo técnico del Shanghai Shenhua tras su exitoso paso por el Beijing Guoan, “el presidente de la República China, Xi Jinping, desea que el fútbol prospere, y fichando tantos buenos jugadores debe conseguirlo sí o sí" .
No obstante, el pasado 27 de febrero de 2015 el gobierno del país aprobaba un plan de reforma integral del balompié nacional. Entre las medidas más destacadas se econtraban convertir la práctica de este deporte en obligatoria en las escuelas nacionales o introducir un manual de fútbol con lecciones sobre el trabajo en equipo o la importancia de la moral a la hora de competir.

Dejando el campo teórico y pasando a la práctica, llama la atención el megaproyecto enfocado a popularizar el balompié entre la población, cuya principal meta sería conseguir la celebración del Mundial de 2026. Con este fin han comenzado a aparecer escuelas de fútbol que buscan la formación una gran cantera. El mejor ejemplo es la Evergrande Football School, en Guangzhou, donde conviven más de 3.000 niños, en unas instalaciones que albergan más de 40 canchas de fútbol. Se espera que, en los próximos años, el número de estas escuelas se haya elevado hasta veinte mil y con ello que la cantera china empiece a dar sus frutos.
Todo ello forma parte de una inversión de 680.000 millones de euros en el deporte chino durante los próximos diez años prevista por el propio Xi Jinping. Esta astronómica cifra destinada al fútbol ha terminado llegando, como no podía ser de otra manera, a la máxima competición del país. Una circusntancia motivada por el apoyo y los fondos estatales que reciben algunas de las grandes empresas directamente vinculadas a los clubes de fútbol.
Muchos equipos de la Superliga se están beneficiando del dinero estatal destinado al fútbol , que desemboca en ellos a través de las empresas privadas que les patrocinan y dan nombre.
Algo de lo que, sin ir más lejos, se han beneficiado directamente equipos como el Jiangsu. Desde que uno de las empresas electrodomésticas más importantes de China, el grupo Suning, se hiciese con el equipo a finales de 2015, éste ha acometido el traspaso récord de Álex Teixeira por 50 millones de euros o el de Ramires por 28. Todo ello sin contar con las intenciones del club para la próxima ventana del mercado, donde algunos de sus objetivos serían Yayá Touré, Óscar o Falcao.
Un caso similar supone el del Guangzhou, propiedad del grupo inmobiliario Evergrande. Esta alianza ha traído la prosperidad al club en forma de cinco títulos ligueros consecutivos, una plantilla con integrantes como Paulinho y un entrenador como Scolari y fichajes tan elevados como el de Jackson Martínez por 42 millones, a los que hay que añadir la ficha de 12 millones anuales que percibirá el colombiano. Una senda muy similar ha comenzado el Hebei, comprado en enero de 2015 por otra empresa estatal como China Fortune, capaz de conseguir el ascenso a la máxima categoría, acompañarlo con el aterrizaje en el equipo de Gervinho e incluso arrebatar, casi con toda seguridad, a Lavezzi de las manos de grandes de Europa como Chelsea o Inter.

La Superliga China de Fútbol es la máxima competición profesional de fútbol en la República Popular de China. Fue creada tras refundarse la Liga China Jia-A, si bien no recibió su nombre actual hasta 2004. El número de participantes asciende actualmente a 16 equipos, y desde 2007 cuenta con un sistema de ascenso y descenso a la China League One. El campeonato cuenta con la particularidad de disputarse entre marzo y noviembre.
China no contó con una liga de fútbol estrictamente profesional hasta 1994, año en el que tenía lugar la primera temporada de la Jia A, formada por clubes pertenecientes a empresas obligados a contar con jugadores profesionales. Este hecho rompía con la tradición anterior mediante la cual cualquier torneo a nivel nacional sólo podía ser disputado por clubes pertenecientes a federaciones locales o bien vinculados a organismos como el ejército o la policía.
El cambio resultó satisfactorio, tanto que la la selección nacional mejoró sus prestaciones hasta alcanzar la el Mundial de Corea y Japón 2002. Espoleada por este éxito, la federación china incluía un último y definitivo cambio en 2004 mediante el cual la competición pasaba a denominarse Superliga china. Lejos de limitarse a un cambio de nombre, esta modificación obligaba a los equipos cumplir una serie de requisitos económicos y cuidar la cantera limitando a cinco el número de extranjeros máximo en una plantilla, excepto en el caso en que el sexto provenga de un país adscrito a la Confederación Asiática.

Ya bajo la denominación actual, adquirida doce años atrás, la competición se amplió hasta 16 equipos que se enfrentan entre sí en dos ocasiones, correspondientes respectivamente a la primera y segunda vuelta. Además de la lógica coronación como campeón del equipo que logre terminar como primer clasificado, los dos últimos descienden a la China League One, segunda división del fútbol chino, desde la modificación introducida en 2007. Por otro lado, los cuatro primeros clasificados ligueros representan a China en la Liga de Campeones Asiática. Un premio que de igual modo recibe el campéon de la Copa de China, torneo de eliminación directa integrada exclusivamente por los equipos de la máxima categoría.
Estrellas recién llegadas como Guarín, Gervinho o Ramires están sujetas a la norma de no incluir en la plantilla a más de cinco jugadores no nacidos en China.En la inminente nueva temporada, que dará comienzo el próximo 4 de marzo, la expectación es máxima tras la llegada de numerosas estrellas procedentes de las ligas europeas, las cuales se encontrarán a su llegada a otras que ya lo son en China, caso de Darío Conca, Asamoah Gyan, Demba Ba o Tim Cahill, entre otros.
Sobre el terreno de juego, el vigente campeón es el Guangzou Evergrande del recién llegado Jackson, que intentará ayudar en la defensa de la corona de los suyos frente a serios aspirantes como los muy reforzados Jiangsu Suning y Hebei China Fortune, el Shangai Shenhua del español Gregorio Manzano o el siempre a tener en cuenta Beijing Guoan. En cualquier caso, el gran reto de la Superliga china 2016 estará en ver si la inversión que el gobierno del país viene realizando en el fútbol, materializada especialmente en fichajes mediáticos, consigue atraer las miradas de los aficionados al fútbol del resto de continentes.