Nino, dos décadas del goleador infinito
El próximo viernes el estadio municipal de La Romareda abrirá sus puertas para la vuelta del fútbol a la capital del Ebro. El Real Zaragoza recibirá al Elche en la tercera jornada de LaLiga SmartBank. Con el equipo ilicitano llegará uno de esos futbolistas cuya figura es eterna y que acumula ya dos décadas de fútbol amenazando las porterías de sus rivales.
Pocos le conocerán por su nombre completo, Juan Francisco Martínez Modesto, pero nadie duda si se le nombra como Nino. Uno de los jugadores más veteranos de la categoría, que ha superado ya los 39 años y que, sin embargo, sigue siendo un futbolista importante en el Elche, al que la pasada campaña ayudó a mantener la categoría.
El mismo Nino que dos décadas atrás, en la temporada 1998/99 anotaba un gol en la campaña del ascenso del Elche, que lograba dejar atrás la 2ªB para alcanzar la categoría de plata. Con la llegada del siglo XXI lo hizo también la explosión goleadora del jugador andaluz, que durante cinco temporadas consecutivas superó los diez goles anotados, alcanzando los 20 en la 2004/05. Tras un breve paso por Primera con el Levante, vuelta a la categoría de plata para ayudar al ascenso del Tenerife en la 2008/09 como pichichi de la categoría con 29 dianas. Tras pasar por Osasuna, de vuelta a Elche donde no pudo evitar el descenso a 2ªB pero volvió a ayudar al ascenso dos cursos atrás.
Una trayectoria en la que, como no podía ser de otra manera, el Real Zaragoza ha sido una de sus víctimas favoritas, al que ha conseguido marcar con sus tres equipos. Hace ya más de una década del primero, el 30 de noviembre de 2008, entonces con el Tenerife. Una campaña en la que anotó en los dos encuentros frente al equipo blanquillo. También otras dos ocasiones con Osasuna y otras tantas con el Elche, la última en el encuentro de ida de la pasada campaña en el Martínez Valero. Mismo escenario en el que meses antes lo había conseguido también con el Deportivo Aragón.
Amenaza para el Real Zaragoza que sigue muy viva y que tratará de seguir acumulando goles en una cuenta que parece no tener fin.
