Escribá se queda sin una bala más en la recámara
Más allá del juego, en el mundo del fútbol los resultados se imponen sobre cualquier cosa, los del Celta de Vigo ,dirigido por Fran Escribá, están siendo algo decepcionantes sabiendo que el inicio de temporada era muy complicado al tener que enfrentarse a cuatro de los cinco mejores equipos del curso pasado. Salvo ante el Real Madrid, la cara del Celta contra Atlético, Sevilla y Valencia fue en líneas generales buena.
El partido del Granada es imposible de analizar si contar con el VAR, pero ante el Espanyol gran parte de todas esas buenas intenciones se fueron al traste en una segunda parte muy deficiente. Si a Fran Escribá ya le estaban esperando en A Sede por su estilo de juego y sus palabras en materia de fichajes y cantera, el empate ante el Espanyol se ha convertido en otra bala que desaparece de la recámara del técnico valenciano.
Antes del duelo ante el Atlético de Madrid en ElDesmarque anticipábamos que Fran Escribá no tenía la continuidad asegurada si sus resultados en esta semana de tres partidos no eran aceptables. El empate en el Wanda Metrolitano, con minutos de buen juego, dio oxígeno al técnico celeste, el mismo que ha perdido este jueves en Balaídos ante el Espanyol.
Si la directiva celeste analizase qué hubiese sucedido si Mina, Rafinha o Araujo hubiesen puesto por delante al Celta en la primera mitad obligando al Espanyol a abrirse en la segunda mitad Escribá no correría peligro. El Celta hizo méritos de sobra para llevarse el duelo en esos 45 minutos, condenar a un técnico por la falta de puntería de sus jugadores resultaría injusto.
Pero como explicamos en otras informaciones a Escribá no se le cuestiona por haber sumado seis puntos en seis partidos, se duda de él por su estilo de juego conservador, su rigidez táctica y sus palabras en sala de prensa, demandando fichajes como el pivote defensivo y el extremo que no tiene. Aunque sin duda sus palabras sobre la cantera son las que peor han sentado en el seno celeste. Unas palabras que le obligaron, después del duelo ante el Real Madrid, a tener que justificarse en A Sede en una reunión urgente en la que se le obligó a matizar sus críticas sobre la composición de la plantilla viguesa.
Con esta situación encima de la mesa, a Escribá solo le vale ganar en Ipurúa al Eibar para garantizar al cien por cien su continuidad al frente del primer equipo, en caso de empate podría tener una nueva oportunidad ante el Athletic Club en Balaídos antes del segundo parón de selecciones del curso, un momento en el que un nuevo técnico tendría casi dos semanas para conocer su nueva plantilla si el club decide destituir a Escribá.
Si el Celta pierde en Ipurúa contra el Eibar la maquinaria celeste se activaría para buscar un nuevo entrenador, en la terna aparecen tres nombres como principales candidatos para suplir al valenciano, Javi Gracia, Quique Setién y Abelardo, tres perfiles diferentes que dejarían al descubierto la mala planificación del Celta este curso en materia de entrenadores. Lo cierto es que si Escribá acaba siendo destituido no será por los resultados del equipo aunque estos se pongan como excusa para librarse de un entrenador en el que no se confía desde el mismo día que selló su renovación tras salvar al Celta de la Segunda división.
