Empate amargo ante un rival cicatero
El Celta tendrá que darle la vuelta a la eliminatoria de dieciseisavos de final de la Copa del Rey tras el empate a un gol cosechado en Balaídos. Los de Mohamed fueron superiores durante 80 minutos y merecieron mejor suerte ante un equipo cicatero, que obvió el balón y se dispuso a defender como único camino para sacar algo positivo de Balaídos. El Celta, como era de esperar, acabó desquiciado con las decisiones de Munuera Montero y con el otro fútbol de Garitano.
Ni el día ni el horario ni el ambiente invitaban al fútbol, el 1 de noviembre es día para visitar a los seres queridos que ya no están y descansar con una manta en el sofá si el tiempo no acompaña. Y así se lo tomaron Celta y Real Sociedad en los primeros compases de su debut en Copa del Rey. Los de Mohamed, con un once plagado de suplentes, dominaban el esférico ante un Real agazapa en su zaga.
Sólo una falta directa de Pione Sisto, directa al palo, pasado el cuarto de hora despertaba al aletargado público congregado en Balaídos. Aspas liberado de cualquier atadura era objeto de falta cada vez que se hacía con el esférico mientras que por parte de la Real las arrancadas de Theo Hernández eran lo único reseñable del ataque txurri urdin en una tarde especial para Kevin, que debutaba en partido oficial.
A medida que arreciaba la lluvia disminuía el juego sobre el césped vigués, el Celta dominaba a placer ante una Real que sin complejos se dedicaba a esperar el fallo local para buscar una contra en las botas de Januzaj, Oyarzabal o Sandro.
Hjulsager despierta a Balaídos
Pasada la media hora Andrew Hjulsager disponía de la ocasión más clara del partido con un potente zapatazo que se estrellaba en la cepa izquierda del poste de Rulli. Aspas había asistido al danés en una contra de manual del Celta.
Rubén Blanco vivía una plácida primera parte como un espectador más hasta que Costas cometió un error grosero en la entrega que propició el remate de Oyarzabal desde dentro del área, en la ocasión más clara de la Real en la primera mitad. Pardo dispuso de un cabezazo claro en el 41 y el cuadro visitante cerraba los primero 45 minutos en línea ascendente.
Cambio de caras y de esquema
El 0-0 no le valía a un Mohamed que cambiaba la cara del Celta en el descanso dando entrada a Brais Méndez y Emre Mor por Pione Sisto y Dennis Eckert. Y en la primera acción del turco, tras marcharse por velocidad de tres de sus rivales arrancó la cartulina a Oyarzabal tras un clarísimo agarrón.
El Celta se situaba con Emre por la derecha, Brais en la mediapunta y Hjulsager en la izquierda para dejar a Aspas solo en punta. De nuevo el turco se sacaba un truco de su chistera para desarbolar a la zaga donostiarra, el Celta apretaba los dientes subía una marcha en el juego y acababa logrando ponerse por delante con un tanto de Aspas.
Aspas adelanta al Celta
El moañés, en el segundo palo ajusticiaba a Rulli tras un saque de esquina que botaba Brais y que, en la frontal del área pequeña, prolongaba Araujo. Asier Garitano, expectante hasta el momento, daba entrada a William José por un desacertado Januzaj.
El Celta se empezaba a gustar y rozaba el segundo en una contra que desaprovechó Brais Méndez en una clara ocasión de gol que no supo definir en el interior del área. Lo que no esperaba Brais es que en una falta directa casi engañase a Rulli con un centro que se le fue algo largo y cogió adelantado al meta argentino. Mientras, Balaídos disfrutaba de Emre Mor y su colección de regates y quiebros imposibles.
La Real deambulaba desnortada sobre el campo y sólo un remate de media distancia de Oyarzabal inquietaba a Rubén Blanco. Los visitantes intentaban dar un paso al frente mientras que Lobotka caía lesionado, pero todas sus acciones de cierto peligro llegaban a balón parado.
El Celta, aturdido por la ausencia de Lobotka, daba un paso atrás en los últimos minutos del choque y la Real, a base de pelotazos, ponía en aprietos a Rubén Blanco en un sorprendente, por inesperado, fin de choque. Rubén salvaba el empate tras un remate a bocajarro de Juanmi.
Y Juamni terminó por romper las mallas celestes en el 88, el delantero realista batió a Rubén con un disparo cruzado que deja la eliminatoria cuesta arriba para un Celta que mereció más en la fría tarde de Balaídos. Mereció más el Celta, mejoró su juego, tuvo oportunidades para casi cerrar el pase a octavos pero ahora deberá lograr la heroica en Anoeta.
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