Oficio y pegada en Vitoria

El Valencia CF echó mano de su oficio y su pegada para llevarse los tres puntos de Mendizorroza ante un Deportivo Alavés que le planteó un partido duro y trabado a los de Marcelino García Toral. Un buen gol de Zaza a la media hora de juego y un segundo de penalti de Rodrigo cuando los vascos habían empatado fueron lo mejor de un choque que permite al Valencia CF seguir invicto, segundo en LaLiga Santander y continuar siendo el equipo de moda en la competición.  

Sin Dani Parejo, sancionado, la duda era saber quién iba a hacer de cerebro. Marcelino no sorprendió y apostó por Carlos Soler. Al desplazarse al centro del campo, Andreas Pereira que recuperaba la titularidad en la banda. El resto del equipo, el once de gala y el previsto: Neto en la portería, Montoya, Paulista, Garay y Gayà en la zaga; Kondogbia, Guedes y los ya mencionados Carlos Soler y Pereira en la medular; y Rodrigo y Zaza arriba.
Enfrente tenía un Alavés dispuesto a no dejarse amedrentar por la racha del Valencia. De hecho, en el primer minuto ya había cometido una falta y derribado a dos jugadores del Valencia. El partido se antojaba complicado y eso que, en cuanto Gonçalo Guedes entró en contacto con el balón, empezaron a pasar cosas en Mendizorroza. Suya fue la jugada que terminó con un remate de cabeza de Zaza en la primera gran ocasión del Valencia. 
Fue un espejismo. El equipo vasco se asentó mejor que los de Marcelino y Pedraza por la izquierda le buscaba las vueltas a Montoya constantemente. El extremo apuraba la línea de fondo siempre que tenía la pelota en su poder y, tras superar con facilidad al lateral valencianista, puso en algún que otro apuro a Neto. El Valencia tenía la pelota, le tocaba proponer, plantear ataques estáticos y ahí el equipo de Marcelino sufría, mientras que su rival -a pesar de ser el local- esperaba para salir a la contra y hacer daño. Sin embargo, la mejor ocasión vasca llegó con un lanzamiento de falta de Munir en el 17' que Neto sacó no sin apuros.

El Alavés casca, Zaza rasca

Tras una primera media hora intensa, el Valencia se hizo con el control del esférico. La respuesta vitoriana fue extremar sus artimañas defensivas. Pina cascó a Guedes y Soler en la misma jugada y la respuesta del conjunto de Mestalla fue su gran pegada cara a puerta. Andreas Pereira recuperó un balón en la banda, la puso dentro del área para Zaza que, tras un control impreciso, se sacó un cañonazo con su pierna derecha, la menos buena, contra el que nada pudo hacer Pacheco.
Parecía increíble, el Valencia ganaba cuando más sufría y aún tuvo dos claras ocasione para  sentenciar antes del descanso. Primero, merced a un contraataque de tres para tres en el que, Guedes se equivocó (sorpresa) en su pase a Rodrigo cuando llevaba, además, al goleador Zaza sólo en la otra banda; y después Carlos Soler, pero su disparo complicado a bote pronto y desde la frontal salió demasiado desviado.

Toca sufrir de nuevo

El Alavés se lanzó en tromba a por el empate y a las primeras de cambio lo consiguió. Paulista se la quitó a Munir cuando el ex valencianista se disponía a batir a Neto. Era el preludio del gol pues el balón acabó en córner y ahí Alexis, más listo que ninguno, de cabeza, estableció el empate. Rodrigo, Paulista y Garay no acertaron a molestar al central. Tocaba apretar los dientes y volver a sufrir. Fueron los peores minutos del Valencia ante un Alavés que dominaba la medular y acosó al Valencia a base de centros y de cazar a Guedes cuando éste quería montar algún contraataque. 
El Valencia estaba mal y en una jugada aislada volvió a darle la vuelta al marcador. Andreas Pereira -el mejor- de nuevo centraba, Rodrigo en el punto de penalti remataba de cabeza y Ely, con la mano, despejaba el cabezazo de Rodrigo. Sánchez Martínez vio la acción, señaló la pena máxima y el propio Rodrigo, ante la ausencia de Parejo, se encargó de transformar el penalti. 1-2. Quedaban 25 minutos.  

A la contra

Marcelino salvaguardó a Guedes y dio entrada a Lato e inmediatamente después sacó a Mina por Zaza. El Alavés se fue al ataque y el Valencia con un par de pases se plantaba en la meta rival. El técnico asturiano lo sabía y puso hombres de refresco para aprovechar la circunstancia. Fruto de ello, el punta gallego, acompañando a Rodrigo, aún tuvo la ocasión para ampliar la ventaja en el marcador. 
En el 86, Carlos Soler, dejaba su puesto a Maksimovic. El joven valencianista cumplió en la complicadísima tarea de emular a Parejo. El Alavés, merced a que el colegiado añadió cinco minutos, tuvo a balón parado una última ocasión, pero el marcador 
 
 

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