El once de los que más minutos han jugado hasta la fecha
La mala racha de resultados ha obligado a mover el árbol a Julen Lopetegui, quien no termina de dar con la tecla en busca de un once de garantías que se asiente y traiga consigo la ansiada estabilidad ganadora que tanto necesita ahora el Sevilla FC. Argumentos más que suficientes como para que el técnico aún no tenga un once tipo, con probaturas y rotaciones en todas las líneas.
La portería es la única posición sin aparentes dudas, aunque mucho se había hablado de la posibilidad de dar el relevo a Dmitrovic. El serbio, quien ya fue titular en Copenhague, suplió a Bono en Villarreal y alargó su inmaculada racha bajo palos. Y es que aún no sabe lo que es perder con el Sevilla. Ha dejado hasta en siete partidos su portería a cero, con un balance global de siete triunfos y cuatro empates. Un sustituto de garantías para el marroquí.
La defensa es el más claro ejemplo del relevo generacional que está atravesando el equipo. La irrupción de José Ángel Carmona ha relegado a un segundo plano a Jesús Navas y sobre todo a Montiel, casi desaparecido en las últimas semanas. El jugador con ficha del filial es una de las gratas sorpresas de este inicio de curso, acumulando ya 398 minutos. En el carril zurdo sigue siendo Acuña el jugador más utilizado. Ya en el centro de la zaga, Lopetegui ha alternado a Gudelj (495'), quien ha pasado de transferible a casi imprescindible, Tanguy Nianzou (427 minutos) y Kike Salas (247'). Rekik, el central que menos ha jugado hasta la fecha sin contar a Marcao, que aún no ha debutado.
El peso de la medular sigue recayendo en la figura de Fernando Reges, el futbolista que más minutos acumula (585') en toda la plantilla. Un hándicap para el propio brasileño, quien a sus 35 años comienza a pagar caro la carga de minutos y el poco descanso que le brinda Lopetegui. Ha participado en siete de los ocho encuentros disputados.
De tres cuartos hacia adelante sí que hay más reparto de minutos. Isco (467') y Lamela (429') son intocables en zona de tres cuartos. Un escalón por debajo, en lo que a apariciones se refiere, aparecen Jordán (395') y Papu Gómez (361'), quienes superan en minutos a otros como Delaey (267'), Óliver (286') o Rakitic (241'). Todo eso sin contar la progresiva continuidad de Januzaj, Suso o Dolberg, que deberán ir sumando minutos tras el parón.
La delantera, un problema real para el Sevilla FC
La lanza de ataque es la posición que más quebraderos está generando para Lopetegui. Hasta la fecha, Rafa Mir es el delantero que más minutos acumula (349').Encadenó tres titularidades seguidas pero de pronto desapareció del once. Julen Lopetegui lo relegó a un segundo plano y en los cuatro partidos previos al Villarreal apenas jugó media parte, quedándose sin minutos frente a FC Barcelona, Copenhague y Espanyol. Este fin de semana sí que partió desde el inicio... pero ni siquiera disparó entre los tres palos.
Los números hablan por sí solos. Entre los tres delanteros únicamente suman un gol en 732 minutos disputados (la suma de la participación de todos ellos). Un hándicap que deposita ese 'protagonismo' en los hombres de segunda línea. Solo Óliver Torres o Carmona, ambos con dos, suman más goles que Rafa Mir, En-Nesyri y Dolberg juntos.
Entre medio fue Youssef En-Nesyri el que recogió el testigo de la responsabilidad ofensiva. El marroquí, que había disputado sendas medias horas en los tres primeros partidos, agarró la titularidad ante el FC Barcelona. Un premio efímero para el delantero, pues ante el City le tocó verlo desde el banquillo. Únicamente ha jugado los 90 minutos ante el Espanyol y su protagonismo ha sido residual, marrando varias ocasiones claras de gol y llevándose, hasta en dos ocasiones, los pitos del Sánchez-Pizjuán.
El tercero en discordia es Kasper Dolberg. El danés llegó sin ritmo de competición y apenas ha podido jugar 82 minutos, quedándose en el banquillo ante Espanyol y Villarreal. Lopetegui tiene mucha confianza en él, pero pidió confianza y tiempo para que se adapte al ritmo de competitivo. A priori debe ser el que recoja el testigo tras el parón, un tiempo que le debe venir de perlas para ponerse al cien por cien.
