Esnaola: "Le dije 'lo siento' a Iríbar cuando le marqué el penalti"

Este domingo se cumplen 40 años de la conquista de la Copa del Rey por parte del Betis en el Vicente Calderón por primera vez. Los verdiblancos se hacían con el título copero después de imponerse al Athletic de Bilbao en la tanda de penaltis tras haber empatado (2-2). José Ramón Esnaola fue uno de los grandes protagonistas de aquel partido.

La figura del portero del Betis se erigió en leyenda de la entidad aquella noche por su actuación en la tanda de penaltis. Tres lanzamientos detenidos, más un cuarto que fue invalidado por el colegiado, y la pena máxima que él mismo transformó ante Iríbar. En el aniversario de aquella cita, recordamos con Esnaola algunos de los pasajes de lo que sucedió aquel día.
- Imagino que durante estos días se le habrán venido muchos recuerdos de aquella final de 1977...
- Sí, aunque está un poco alejado en el tiempo, porque son 40 años ya de que conseguimos la primera Copa del Rey. La gente te recuerda mucho ese momento. Fue un día muy especial para todos los béticos y todos nosotros.
- Aunque ha tenido una larga trayectoria futbolística, ¿se puede decir que es el partido más especial en su carrera?
- He tenido de todo a lo largo de mi carrera. Ascensos a Primera, descensos... Lógicamente lo que recuerdo más es cuando debuté en Primera y, especialmente, la Copa del Rey, porque es el único título que he tenido como jugador. Aquello fue maravilloso.
"Lo que más recuerdo en mi carrera es cuando debuté en Primera y el título de la Copa del Rey de 1977 con el Betis; aquello fue maravilloso"
- De todo lo que vivió en aquella noche, ¿con qué momento se queda?
- Me quedo cuando terminó todo, los jugadores nos abrazamos y nos damos cuenta que habíamos conseguido una victoria importante y especial. Éramos como una familia. El Athletic de Bilbao era un equipo muy fuerte y muy bueno. Había llegado a la final de la UEFA ese mismo año y conseguir el triunfo en la Copa del Rey fue extraordinario para todos nosotros.
- ¿Cómo vivisteis los días previos a la final con eso de que el Athletic era favorito?
- Ellos eran los favoritos, como ya te digo había llegado a la final de la UEFA. Nosotros sabíamos que éramos inferiores, pero cuando un equipo llega a una final y ve que el otro equipo puede ser favorito se motiva más y se consigue superar esa barrera. Eso lo iguala. Aunque fuimos perdiendo durante cierto tiempo, tuvimos fe y conseguimos el empate y luego en los penaltis ganamos.
- Todos recuerdan de esa final la tanda de penaltis, con algunos momentos claves. Uno de ellos fue el penalti que le para a Rojo, que suponía el triunfo y que el árbitro manda repetir. ¿Cómo vivió ese instante?
- Cuando paré el penalti pensé que habíamos ganado. Cogí los guantes y la visera que había dejado al lado del palo. Levanté la cabeza y vi que Rojo le protestaba al árbitro porque decía que me había movido. Vi que el árbitro reaccionó y mandó repetir. Creo que no me había movido. De todos formas Iríbar hacía lo mismo. Fue un error y hubiera sido una injusticia si luego no hubiéramos ganado la final.

- Una de las cosas que más llama la atención en la tanda de penaltis es la tranquilidad que tiene usted...
- Sí, en la tanda de penaltis estaba muy tranquilo, pero cuando veía que se acercaba el momento que tenía que lanzar me iba poniendo más nervioso. No había lanzado penaltis y menos uno tan importante. Veía que me iba a tocar tirar. Pensaba que si me lo paraba José Ángel Iríbar y luego me lo metían a mí... pues la derrota sería mía. Cuando lancé me motivé y volví a la tranquilidad.
"En la tanda de penaltis estaba muy tranquilo, pero cuando se acercaba el momento que tenía que lanzar me iba poniendo cada vez más nervioso"
- Tres paradas, más la que anulan y mandan repetir, su gol en la tanda... Su papel fue clave en la final. ¿Cómo vivió esos momentos?
- No fui el único ni es cosa de uno. También Javi López marcó dos goles y el penalti en la tanda. Julio Cardeñosa las puso fenomenal en los dos goles, todo el equipo defendió muy bien todo el partido... La victoria fue de todos. En los penaltis es el portero al que más alaban si sale bien y al que lanza el último penalti si lo marca, pero el triunfo fue cosa de todos.
- Otro momento curioso fue cuando usted lanzó y se cruzó con Iríbar. Se dieron la mano. ¿Se dijeron algo?
- Yo lancé y marqué. Entonces recuerdo que fui hacia la portería, nos cruzamos, le di la mano y le dije: lo siento. Ni una palabra más ni una menos. Nos cruzamos durante toda la tanda pero no nos decíamos nada. Yo le tenía tanto respeto porque era y ha sido uno de los mejores porteros. Yo estaba deseando marcarle en aquella tanda, pero no podía pasar sin decirle lo siento porque era un portero al que admiraba.
- Otro episodio curioso fue el de la medalla de la Virgen del Rocío en la portería durante los penaltis, ¿cómo fue aquello?
- Fue Vicente Montiel, que era el delegado del equipo. Quería pasar al campo y no lo dejaron. Él hizo como si le hubiera dado un ataque y lo cogieron los camilleros. No podía pasar por la grada. Pasó por dentro del campo y cuando le estaban llevando por detrás de mi portería en camilla, saltó y puso la medalla en mi red. Luego me la entregó después de la tanda de penaltis. Aquello eran otros tiempos en el fútbol. Había más gente dentro del área que casi fuera en los penaltis. Los fotógrafos, los periodistas alrededor...
"Vicente Montiel hizo como si le hubiera dado un ataque y al pasar en camilla detrás de la portería dio un salto y me puso la medalla de la Virgen del Rocío en la red" 
- ¿Cuál fue el primer pensamiento que tuvo cuando detuvo el último penalti?
- Lo primero que pensé es que ya era campeón de España en algo. Yo era muy aficionado a la pelota del frontón. Lo hacía bastante bien. Pensaba de niño que si no era al fútbol, a ver si podía ser campeón de España de pelota. Al final lo conseguí y fui campeón, pero de fútbol y de la primera Copa del Rey.
- La relación de todos lo que formaban aquel equipo del Betis tengo entendido que perdura en los años.
- Nosotros éramos como una familia. Salíamos del entrenamiento y nos íbamos a comer todos juntos. Ahora también nos reunimos el último viernes de cada mes. Nos toca la próxima el 30 de junio. No es como últimamente en el fútbol que el jugador va cada uno para su parte. Ahora es verdad que uno está dos o tres años en un club y antes estábamos diez o doce años. Eso te hace arraigarte más.