Sí, pero no

Ésa es la sensación que me dio la Real tras el partido contra el Girona, y creo que es bastante representativa de lo que me está transmitiendo el equipo desde comienzo de temporada. Comenté durante los primeros minutos del encuentro que me estaba agradando en cierta manera la salida del equipo y viendo cómo terminaban las jugadas y acercamientos al área percibía que alguna terminaría en gol y finalmente los tres puntos se quedarían, por fin, en casa. No fue así, y de ahí ese pensamiento de sí pero no.

Cuando se confirmó la llegada de Garitano, un perfil totalmente diferente al de Eusebio, confiábamos en que viendo su gran labor en Leganés ayudaría a darle al equipo ese punto de competitividad, intensad y practicidad que tanto nos faltaba con el técnico vallisoletano. Yo al menos confiaba en que con Asier los partidos se amarrarían mucho más y que apenas nos remontarían o voltearían resultados favorables, que seríamos mucho más sólidos en defensa y la Real resultase un equipo de esos rocosos, difíciles de batir. Al menos esa era mi idea de lo que la nueva Real de Garitano podía tener, sumado al talento innato de muchos de sus jugadores.

Ya sé que visto así, si todo fuera tan sencillo como sumar dos y dos, la Real sería ahora imbatible y aspirante a ganarlo todo. Aún así, para nada ha caducado mi confianza en el míster aunque si bien las sensaciones no son las que esperábamos, aún queda mucho y el margen de mejora existente debe favorecer nuestras esperanzas e ilusiones.

Sí pero no, también va por algunas de nuestras figuras. De momento no hay ninguno que haya cogido de verdad la bandera del liderazgo y haya asumido ese rol de estrella que todos los grandes equipos suelen tener y que además suele servir de catapulta para que los demás se contagien y rayen a su mejor nivel.

Y el sábado nos presentamos en el Calderón. Bueno, en el Wanda Metropolitano. A mí me trae los mismos malos recuerdos, se llame como se llame. Pasados los años, la herida no ha cicatrizado ni creo que lo haga. Es un partido más dirán algunos. Sí pero no. ¿Verdad, Aitor?