Sandro no fue suficiente

Lo intentó el Málaga, pero no pudo ponerle pimienta a la disputa del título de Liga. Un error en la primera jugada del partido le condenó. El Madrid se encontró el encuentro cuesta abajo de salida y al Málaga no le llegó con el corazón y con sus buenas intenciones para comprometer a los de Zidane. Murió de pie el equipo de Míchel, que ha brindado a los suyos un tramo final de Liga para enmarcar. Sólo le faltó la guinda en la última jornada.
Al Málaga se le complicó el partido desde el primer minuto. Isco se encontró un balón franco después de un error de bulto de Luis Hernández y dejó a Cristiano Ronaldo mano a mano con Kameni. El portugués no perdonó y el Madrid aterrizó en el choque con más de medio título en el bolsillo. A partir de ahí, el Madrid, bien comandado por Modric y Kroos, apostó por un fútbol control y por blindarse bien ante las posibles acometidas del Málaga.
Míchel adelantó líneas, el Málaga fue a buscar al Madrid en su campo y generó varias llegadas de peligro. Todas ellas pasaron por las botas de Sandro. El canario exigió primero a Keylor en un disparo poco peligroso y posteriormente con un lanzamiento de falta a la escuadra que obligó al costarricense a jugarse las costillas contra uno de sus postes. Esta vez no fue suficiente con el delantero.
Keko también mandó un cabezazo arriba y Villanueva dio otro susto a los blancos al peinar otro disparo del hipermotivado Sandro. Kameni había salvado poco antes el 0-2 en una doble intervención de mucho mérito.
El Málaga mantuvo la intensidad al máximo tras el descanso y Recio tuvo una ocasión nada más volver del vestuario. Pero Keylor atajó sin problemas su disparo y el Madrid puso la réplica a balón parado. Kameni repelió un primer remate de Ramos, el rechace golpeó en Varane y Benzema, ligeramente en fuera de juego, puso la puntilla al partido y al título de Liga.
Ahí se acabó el encuentro. La última media hora fue un carrusel de homenajes y despedidas. Zidane retiró a Isco que, una vez más, se fue coreado por La Rosaleda. Míchel hizo lo propio con Sandro y el malaguismo le brindó el enésimo "Sandro, quédate" de los últimos meses. Charles jugó sus últimos minutos como blanquiazul. Como el eterno capitán, Duda, que sólo podía decir adiós a 13 años de malaguismo desde el césped.
El Madrid se llevó el partido, los puntos y el título. Al Málaga le queda el exquisito regusto de un final de temporada para enmarcar. Las bases para el futuro están bien puestas. Ahora sólo falta acertar desde los despachos y dar forma a un proyecto que convierta en rutina lo de este brillante final de curso.