Trabajo a la japonesa o cómo desmontar un pabellón olímpico de gimnasia en una hora
Los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 tienen claroscuros. Sus cosas buenas y sus cosas, malas, su organizaciones impecables y sus caos inexplicables, pero todo desde un marcado acento japonés. El Comité Organizador lo cierto es que cuenta con todo un ejército de operarios y voluntarios para cada tarea que se realiza. Y en concreto en día de ayer, jueves, sorprendió una. En el Gymnastic Ariake Center, donde se han celebrado y se seguirán celebrando las competiciones de gimnasia, se disputó la final individual general femenina, que acabó ganando la norteamericana Sunisa Lee, la heredera al trono de Simon Biles, que alegó problemas mentales y no compitió.
Pues bien, una vez terminada la competición y la ceremonia de entrega de medallas, un ejército de operarios y voluntarios aparecieron en el pabellón, se empezaron a esparcir por todos lados y a 'atacar' cual enjambre perfectamente organizado cada una de las zonas y de los instrumentos de gimnasia.
Todos fueron desmontados, lo que nos permitió observar cómo cada instrumento tiene sus tripas y cómo cada uno de ellos se crea y se genera hasta quedar impecable como aparece en la competición. El potro del salto, las barras asimétricas, el suelo... todo desapareció en cuestión de apenas una hora.
Un trabajo curioso, pocas veces visto, y de una eficiencia notable.