Un año sin Lalo

Los peores augurios se cumplieron el último 31 de marzo, mañana hace un año, cuando el Pisuerga devolvió el cadáver de Lalo García, el gran capitán, el número cinco, uno de los deportistas más emblemáticos que ha dado Valladolid y que había desaparecido 27 días antes junto al Polideportivo de sus canastas.José Anselmo Moreno
Gonzalo García Téllez (Valladolid, 1971-2015) había desarrollado toda su carrera deportiva en el Fórum Filatélico, equipo en el que debutó con 17 años de la mano de Pepe Laso, padre del actual entrenador del Real Madrid.
Se trataba de un escolta de 1.88 que no era especialmente técnico, aunque su coraje, su físico portentoso y su aporte racial le permitieron jugar hasta trece temporadas en la Liga ACB, incluso alcanzó la internacionalidad y jugó ocho partidos con la selección.
El hallazgo de su cuerpo sin vida se produjo sobre las 12.30 horas de aquel postrero y soleado día de marzo, junto al puente Juan de Austria. A esa hora, Valladolid contuvo la respiración porque todavía confiaba en que Lalo se hubiera marchado por una temporada y que algún día volvería.
"Yo guardo dentro de mí la intuición de que él se encuentra bien y que está en alguna parte, que solamente ha querido desaparecer", había confesado a Efe su cuñado y excompañero, Mike Hansen.
No fue así, aquella jornada unos piragüistas vieron un cuerpo flotando en el río, enganchado a una rama, llamaron al 112 y los bomberos rescataron un cadáver. Era Lalo García, aunque hasta las nueve de la noche no se confirmó oficialmente que era él.
En los últimos años, el exjugador había ido perdiendo brillo y alegría en sus ojos pero trataba de camuflarlo y, de vez en cuando, lo conseguía. Dejó el baloncesto en activo muy pronto, en el año 2001, cuando acababa de "instalarse" en la treintena.
Por entonces, las lesiones ya eran un lastre y pasó a ser directivo del club para, años más tarde, tras estallar el caso Fórum-Afinsa, regresar como director deportivo. Fue precisamente la estafa piramidal de Fórum Filatélico, que afectó a 200.000 clientes en toda España, lo que más percutió sobre su persona.
Aquello fue una "puñalada" seca y silenciosa, con efectos retardados, porque perdió todos sus ahorros, los de su familia y los de sus mejores amigos. Además, perdió su puesto de trabajo y el empleo de la que entonces era su mujer.
Sintió también que había perdido la confianza de aquellos a quienes había impulsado a invertir en la empresa filatélica. Eso lo llevó muy mal, ya no volvió a levantar la cabeza. "Las cosas nunca volverán a ser como antes para mí", refirió a un cliente días después de la intervención de la empresa.
En efecto, nada volvió a ser como antes pero era muy difícil imaginar que el final sería tan dramático. La noticia del hallazgo de su cadáver golpeó aquel día el corazón de la sociedad vallisoletana que, por supuesto, le sigue recordado.
En Valladolid queda un pabellón con su nombre, queda su camiseta con el número cinco, el único dorsal que el club retiró en toda su historia y eso que por ella pasaron jugadores como Oscar Schmidt o Arvidas Sabonis. Y queda, sobre todo, su legado de buena persona.
Lalo no llegó a cumplir 44 años por unos pocos días, una semana después de que su búsqueda se abriera a nivel nacional apareció en Valladolid como queriendo decir: "eh!, que estoy aquí", junto al Polideportivo Pisuerga y a doscientos metros de sus canastas. ¿Dónde si no?.