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La presión suicida del Sevilla en Montilivi: Quique Sánchez Flores se estrella contra la realidad

Periodista especializado en Sevilla FC y Betis.

Quique Sánchez Flores, técnico del Sevilla, lo tenía claro. El entrenador blanquirrojo atendió a los medios de comunicación este domingo, justo tras la derrota ante el Girona, y antes de buscar excusas señaló, sin tapujo alguno, el increíble error que había cometido su equipo. En ElDesmarque, de la mano de Driblab, repasamos las cifras y confirmamos la cruda realidad nervionense: una presión suicida sin resultado alguno.

Al César, lo que es del César. El Sevilla arrancó el encuentro bien, con un planteamiento que, posiblemente, cogió despistado al Girona, presionó con sentido, recuperó algún balón en área concreta y consiguió anotar un gol.

Mapa de control del Girona - Sevilla.

Hasta ahí todo iba, más o menos, bien. El Sevilla había tenido su tramo, mínimo, de control, pero como puedes ver en el gráfico superior (y en el marcador) todo se derrumbó en ese preciso instante. Los de Quique Sánchez Flores perdieron el control y no recuperaron algo de oxígeno hasta final de la primera e inicio de la segunda mitad. 

El error señalado por Quique, en números

Ese descontrol, esa pérdida, se produjo, según Quique Sánchez Flores, por una desmesurada presión. "Queríamos estar altitos, pero no en continúa presión. Los chicos se animaron tras un par de recuperaciones y le dimos al Girona 50 metros a nuestras espaldas", decía.

Un par. Justo eso. El Sevilla, si revisásemos estadísticas, solo recuperó dos balones en campo contrario, y eso que expuso su línea a un nivel altísimo (y así lo sufrió, por ejemplo, Nianzou).

En términos generales, el dato duele aún más. Sin Soumaré, principal responsable de la recuperación en el centro del campo, el Sevilla solo consiguió recuperar nueve balones en todo el encuentro, quedándose lejísimos de los 19 que recogieron los locales.

Quique Sánchez Flores, ante el Girona (Foto: Cordon Press).

El técnico se desesperaba en banda, pedía inteligencia a su equipo, pedía que esa presión suicida que tantos puntos le costó con Mendilibar, o incluso con Diego Alonso, no se adueñase de su frustración, pero sus jugadores fueron incapaces de rectificar.

Un clarificador dato que no hace más que confirmar que este Sevilla tiene un serio problema.

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