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El Athletic, a la hora de la muerte de Antonio Trujillo

Kuitxi Pérez

Su salud, delicada, no auguraba nada bueno. O sí. Depende. Todo depende. Para él, protagonista de su propia vida, había llegado el momento ya que el lugar lo había decidido en ese preciso instante en el que, como el río, cuando sintiera que el final estaba próximo, caería en la cuenta del por qué de haber nacido. Antonio Trujillo estaba para morirse pero tan sólo él lo sabía. No lo compartió. Llegado el instante supremo entendió que todo debería sucederse como había sido establecido.

Lo acercaron en coche hasta Los Cármenes. Ascendió por las escalerillas hasta ocupar su localidad. '¿Cómo te va, Antonio?', le preguntaron, 'Todo bien', contestó, 'tan solo falta que dobleguemos al Athletic para que la marcha sea la que yo siempre había soñado'.

Homenaje de Granada y Athletic Club al aficionado Antonio Trujillo, fallecido el pasado domingo en Los Cármenes (Foto: LALIGA).

Cuando se escuchó "marcha", el estadio entendió que se refería a la escalada que tenía que protagonizar el equipo nazarí desde que el 'Cacique' Medina había llegado a Granada para ejercer de Califa que le devolviera a la ciudad glorias pasadas. Cerró los ojos porque quería acordarse de que, así como el, el día que se vivía también acabaría muriendo. No vería el ocaso, pero, por experiencia, sabía que sería bello. Y la noche, cómo no, la noche de Granada...

De seguido, así como la luz de la bombilla se apaga al presionar el interruptor, sus párpados de desplomaron hasta rozar las pestañas el pómulo. Sus ojos, por fin, se habían cerrado a la violenta luz de este mundo. Así había sido con el deseo final de todo siguiera siendo como hasta el momento supremo había sido.

Desde el otro lado de la delgada línea roja, Antonio no entendió que todo fuera tragedia, y luto en el duelo. "Moriré en mi Granada soleada/ en una tarde de la que ya tengo el recuerdo. Moriré en los Cármenes, sentado, mirando el verde, allí donde Granada y Athletic siguen haciendo historia. Y que la sigan haciendo es mi deseo...".

Iñaki y Nico Williams presionan ante el Granada en Los Cármenes (Foto: LaLiga).

Todo se había cumplido según su deseo. Pero como en este mundo incierto se estila en momentos como este, ruido de vestiduras rascándose, y plañideras alineándose para dar inicio a la procesión de los pésames gratuitos.

Su cuerpo caliente, como se dice y se dirá hasta la noche de los tiempos. Arrimados a su sol, y al otro, al que más calienta, comenzó el ritual de las ascuas y las sardinas. Sacar provecho. Hasta que la juez suprema impartió la justicia de lo inmediato.

Como Antonio Trujillo había recordado a las puertas de su muerte, el día murió tras un ocaso muy bello. Bella, también, la noche que llegaría. Y el día posterior. Y la mañana, la tarde y la noche. Cuando, a eso de las 21:00, De Marcos sacó de banda porque Antonio, con su muerte, así lo había decidido.

Gran partido de Beñat Prados ante el Granada en Los Cármenes (Foto: Athletic Club).

Como en un partido de niños en la campa, el Granada le dio al Athletic la ventaja de un gol para que, de producirse, su remontada tuviera el valor de la gesta. Iñaki Williams, de cabeza, minuto 17, en plena refriega Antonio murió. Se acercaron a él todos los seres de la tierra, pero el cadáver, ay, siguió muriendo. Antonio Trujillo no entendía el alboroto. Tal vez porque más allá de él, y la inmensa minoría, nadie sabía de la grandeza poética del maestro Alberto Caeiro.

El Athletic se inmola en Granada

Nunca terceras partes fueron buenas. Luego de que el Athletic se pudiera haber ido con ventaja descarada en el segundo acto de la primera mitad, le llegó a los leones el momento de la pérdida. Y como el Granada se mostraba incapaz, tuvo que ser Ruiz de Galarreta el que se 'ofreciera' para matarse a si mismo... Galaxy, sí, manipulado por Murphy y su fatídica Ley...

Nico Williams dispara ante Ferreira, meta del Granada, en Los Cármenes (Foto: Athletic Club).

"Si un balón cargado a un área con 5 defensores y un atacante despistado puede terminar en el fondo de la red, lo hará. Y como cabezas atacantes ni una al alcance, la pelota, dron inteligente por teledirigido, buscará con saña al defensor más noble e inocente. Para que, de tal modo, cuando Galaxy ya la tenga encima, sea un acto reflejo el que active su cuello como si quisiera quitarse un peso de encima.

A la hora del festejo, los jugadores del Granada se miraban entre sí buscando un compañero al que abrazar. Como felicitar al goleador habría resultado acto obsceno y provocador, el equipo nazarí, en bloque, dirigió su mirada hacia el Mulhacen, en cuya cima, tumba de piedra sellada, descansaba Muley-Hazen. Alguien parecido a Antonio Trujillo pero distinto; no así en lo esencial del pensamiento del ser humano...

Abrazo de los hermanos Williams ante el Granada en Los Cármenes (Foto: Athletic Club).

"Y cuando uno esté para morirse acordarse también de que el día muere y que el ocaso es bello y es bella también la noche que le sucede... Así es y que así siga siendo"

Al día siguiente no murió nadie [en Los Cármenes], pero tantos tantos murieron en Granada y paraísos e Infiernos del mundo... Cuando tras la papeleta del Eibar fue leída la del Athletic, a la puerta de una tienda próxima a Ipurua se congregaron los más audaces: "Armero / abre la puerta / y dame munición/ que voy a 'matar' leones".

Sus últimas voluntades fueron respetadas.

• Por Kuitxi Pérez, periodista y exfutbolista

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