Carlos Fernández: "En Sevilla era 'el niño', aquí soy presente"

Carlos Fernández (Sevilla, 1996) cuida su condición física para recuperar el brillo que lo convirtió en el mejor jugador de LaLiga 1|2|3 durante el pasado mes de octubre. El delantero sevillano siente el calor de la afición del Deportivo en un momento trascendental de la temporada. Deseoso de afrontar partidos decisivos con la elástica blanquiazul, Carlos relata en ElDesmarque cómo ha sido su adaptación al club, a la ciudad y al sistema implementado por el míster, Natxo González. 

– Lo primero: ¿cómo se encuentra físicamente?

Me siento bien. La semana previa al partido contra el Mallorca fue complicada: volvía de la lesión muscular (sufrida contra el Rayo Majadahonda en el Cerro del Espino el 2 de diciembre), había jugado 90 minutos contra el Lugo en un partido duro, la carga de trabajo en los entrenamientos había sido alta... Allí mismo, en Mallorca, en la previa, noté unas pequeñas molestias. Pensamos que lo mejor era no forzar para que todo se quedase en lo que finalmente ha sido: una sobrecarga de tres días. La idea era no arriesgar porque, si jugaba, podía acabar con una rotura.

– ¿Su reto personal es recuperar la continuidad perdida por culpa de los problemas musculares?

Mi idea es volver a la línea del principio de la temporada. Fueron 11 partidos seguidos como titular (interrumpidos por la convocatoria de España sub 21 para la disputa de dos amistosos contra Dinamarca y Francia) más 60 minutos en el Cerro del Espino, hasta que tuve la molestia en el isquio que después se convirtió en una pequeña rotura. Quiero volver a alcanzar esa velocidad de crucero, por decirlo de alguna manera, y estar en disposición de ayudar al equipo.

– Estos han sido percances menores, pero usted sufrió una lesión de gravedad cuando asomaba la cabeza en la primera plantilla del Sevilla FC allá por 2016. ¿Hasta qué punto le marcó?

A mí la lesión (ligamento cruzado anterior de la rodilla izquierda) me llegó muy joven, siendo prácticamente un niño. Estaba en un momento en el que sentía que la gente hablaba de mí: empezaba a entrar en los planes del primer equipo del Sevilla FC y vivía en una nube. De repente, la lesión te hace darte cuenta de muchas cosas: aprendes a valorar la vida de otra manera. Yo soy de los que piensan que el fútbol no tiene por qué cambiar a alguien, pero determinadas situaciones sirven para conocerte mejor. Dentro de todo lo malo que es perderte muchos meses de competición –siete en total– y afrontar una recuperación de semejante calibre, sacas cosas en positivo. La mía era una lesión de luchar solo por mucho apoyo con el que cuentes, de centrarte en avanzar poco a poco, de pelear cada día, de aprovechar cada segundo para intentar acortar los plazos de la recuperación. Suena fuerte, pero es así: cada segundo cuenta. El proceso me sirvió para mejorar, no solo deportivamente, que también, sino como persona. En lo futbolístico, entendí la dedicación que hay que tener en esta profesión y dejé de pensar en el "yo". Tienes mucho tiempo para observar los comportamientos de tus compañeros y descartar lo que quieres copiar y lo que te interesa evitar, sobre todo cuando formas parte de un vestuario de ese nivel. Comprendí que hay que alejarse de los egos y tener una visión más amplia de lo que es este deporte desde el punto de vista del profesional. Habrá quien haya pasado por lo mismo y no saque esta lectura, pero yo le debo mucho a mi círculo de confianza: me educaron en unos valores que me permitieron sacar muchas cosas en limpio de un momento duro como es sufrir una lesión en el cruzado siendo muy joven.

"El fútbol no tiene por qué cambiar a alguien, pero determinadas situaciones sirven para conocerte mejor"

– En esta vorágine que es el fútbol profesional, donde la presión es máxima, ¿hay tiempo para disfrutar del juego?

Por supuesto. Cualquiera que se dedique al fútbol profesional debe ser un apasionado de este deporte. En mi caso, soy un gran amante del fútbol. Me encanta. Me gusta verlo y también estar pendiente de otras ligas. Disfruto mucho, no solo dentro del campo, también con el día a día, con la preparación de cada partido y de las temporadas. Hay que saborear cada momento, aunque unos te gusten más que otros. Es verdad que hay situaciones más 'paradas' dentro de la rutina de un jugador: la estrategia, el tiempo para el análisis del rival, el espacio necesario para la preparación física... Hay que aprender a disfrutar de todo ello. La mente juega un papel importantísimo. Estar limpio de cabeza y tener una mentalidad positiva ocupa un rol fundamental en el fútbol.

"Cualquiera que se dedique al fútbol profesional debe ser un apasionado de este deporte"

– ¿Qué le está aportando esta experiencia en A Coruña?

Me está dando mucho porque era la primera vez que salía de casa. Había estado en Sevilla desde los 8 años, nunca había vivido nada igual. El Deportivo me está ayudando a madurar y a crecer, y me permite conocer otro tipo de vestuario. En Sevilla me veían como el canterano con mucha proyección, 'el niño', y aquí soy presente. Aquí tengo que rendir, competir, luchar y contribuir a alcanzar un objetivo muy claro: ascender. El cambio me ha venido muy bien. He conseguido despejar mi mente de lo que es Sevilla siempre teniendo claro que me quedan dos años de contrato allí y poniendo por delante de cualquier otra cosa que soy sevillista desde pequeño. Ahora estoy centrado en el Deportivo al 100% y estoy muy agradecido a Carmelo (del Pozo), al presidente y al cuerpo técnico por esta oportunidad.

– ¿Percibe que la afición del Deportivo estaría encantado de que siguiese aquí la próxima temporada?

Si te digo la verdad, me sorprendió el recibimiento cuando llegué y el cariño que demuestra la gente en el día a día. Estoy lejos de casa pero me siento muy querido. Cuando acabe la temporada, el Sevilla será quien deba decidir si cuenta conmigo. De lo contrario, el Deportivo, siempre que quiera, tiene una opción preferente de tanteo en función de lo que acabe ocurriendo (subir a Primera). Para mí lo importante es cumplir el objetivo, que no es otro que ascender, y disfrutar del proceso. Luego ya se verá qué ocurre.

"Estoy lejos de casa pero me siento muy querido"

– Natxo González afirmó tras la victoria contra el Albacete que "el que es bueno, es bueno de punta de extremo o hasta de central". ¿En qué posición encaja mejor Carlos Fernández en el 4-3-3?

Donde me toque. Sobre el sistema, lo primero a destacar es que tenemos gente de diferentes perfiles y características en la plantilla. Y eso es muy bueno. Por lo tanto, donde nos toque jugar, cada uno lo hará lo mejor que pueda. Y lo que uno quiere siempre es eso: jugar. Los sistemas son todos válidos y te dan recursos para ser más versátil, para poner en aprietos al rival y ser más imprevisible. Nosotros, por el perfil de jugadores que tenemos, sobre todo en ataque, nos adaptamos a diferentes esquemas tácticos: 4-4-2 en rombo, 4-3-3... Más allá de lo que uno quiera o de dónde se encuentre más cómodo, que es secundario, al final lo importante es el colectivo, sumar y ganar, y eso es lo que hicimos contra el Albacete. Por encima de todo y de mí, me quedo con eso.

– No es tanto el modelo como saber interpretarlo...

Eso es. Al final, los mejores futbolistas no son los que tienen más talento, son los que mejor entienden el juego. Los mejores saben lo que demanda cada situación en cada momento. El míster insiste mucho en ello y ha hecho un esfuerzo importante en educarnos en el nuevo sistema (4-4-2 en rombo). Por las características de nuestro equipo, tenemos futbolistas capaces de interpretar bien lo que se nos pide a nivel táctico. Además, dentro del rombo o del 4-3-3, tú te enfrentas a otros jugadores con un sistema que te va a poner en problemas, y ahí lo importante es saber encontrar soluciones. Dentro del juego, eso es lo principal. Siempre se trata de ir mejorando, de seguir dando pasos hacia delante en el proceso, de mantenernos firmes en el camino. Esa es la única manera de acabar llegando a donde queremos llegar.

– ¿Entiende que se les exija una mejora individual y colectiva a domicilio de manera inmediata? Es el gran debe del equipo. 

Si no recuerdo mal, fuera de casa solo jugué dos partidos de titular y los 60 minutos en Majadahonda. El porcentaje en relación a las once titularidades consecutivas es bajo, pero al final como jugador ambicioso, que es lo que creo que soy, asumo que todos tenemos que dar un pasito más lejos de Riazor porque los resultados no nos han acompañado. Yo también me incluyo, por supuesto.

– La última: Sporting, Granada y Málaga lejos de Riazor y Tenerife y Nàstic en casa. Llega un tramo de la temporada muy exigente.

Personalmente, me siento cómodo viviendo y participando en este tipo de partidos determinantes. Hace unos días, antes de recibir al Albacete, veníamos de una racha menos buena, estábamos al tanto de que el entorno hablaba mucho de cómo estaba o no el equipo y para mí era el momento de dar un golpe sobre la mesa. Sacar adelante el partido era clave. Y nosotros lo sabíamos. Desde dentro somos conscientes de la situación, la analizamos, la corregimos, la intentamos mejorar y vamos a por ella. Yo prefiero los retos difíciles porque me siento más cómodo afrontándolos. Lo que se nos presenta por delante es apasionante.