Ascenso por la puerta grande de un Cádiz glorioso

El Cádiz, por fin, vuelve a ser equipo de Segunda. Se acabó la pesadilla de la Segunda B gracias a un play off memorable. El equipo cadista ganó en Alicante con toda justicia y sale del pozo más odiado.

El partido comenzó con nervios. Y no era para menos. En los primeros minutos el Hércules llegó a las inmediaciones de Cifuentes más de lo aconsejable. El equipo de Álvaro Cervera no se estaba mostrando tan seguro como en otras ocasiones y el gol se palpó en varias acciones dentro del área amarilla, casi siempre por las internadas de Nieto.
Las sensaciones no eran buenas porque ya antes incluso el balón había ido al larguero de la portería de Cifuentes en una acción que fue invalidada finalmente. Por suerte, el conjunto amarillo fue despertando y lo hizo a lo grande. Primero fue Fran Machado el que estuvo a punto de marcar con un disparo a la media vuelta que salió fuera por poco. Y en el minuto 19 llegaría la noticia más esperada: un fallo de Álex Muñoz dejó solo a Güiza delante de Chema y el jerezano no perdonó, marcando con un lanzamiento cruzado.
El Cádiz se ponía 0-1 y el partido tomaba justo el color que quería. Lógicamente, esto afectó mucho al conjunto local. La reacción llegó sobre todo a través de Javi Flores, que tomó la responsabilidad de llevar el peso de su equipo. Obligó a Cifuentes a detener un disparo suyo con cierto peligro y sus internadas creaban cierta zozobra en la zaga cadista, aunque el partido parecía controlado a pocos minutos para llegar al descanso.
La imagen del Cádiz era la esperada, demostrando su veteranía y haciendo el juego que más le convenía. Justo lo que hacía el Oviedo hace un año en el Carranza y que tanto se envidiaba. Un cabezazo de Mainz y otro de Atienza crearon cierta inquietud, pero el Cádiz estaba desarrollando a la perfección el guión previsto. Al descanso se llegó con el 0-1 y con la impresión de que estaba todo bastante bien atado.
En el inicio de la segunda parte, como estaba previsto, volvía el sufrimiento. El Hércules apostaba por un juego muy vertical y con centros desde las bandas ponía en aprietos a la zaga cadista. Mainz, de chilena, remataba a las manos de Cifuentes en el minuto 50. En esos momentos la única mala noticia era que el balón le duraba muy poco al equipo gaditano y eso posibilitaba el acoso constante de los locales.
En la posesión el color era alicantino y daba la impresión de que el Cádiz lo fiaba todo a dejar pasar el tiempo. De todas formas, Álvaro Cervera tomaba medidas para tener más la pelota y que el sufrimiento no fuera excesivo. Daba entrada a Nana por un cansado Fran Machado. 
Tras un arranque explosivo del Hércules, la cosa parecía tranquilizarse cuando se había jugado el primer cuarto de hora de la segunda mitad. El equipo dio un paso adelante para presionar más arriba y así cortó buena parte de las opciones de un oponente que no tenía cuerpo para superar muchas adversidades. 
Los cambios se sucedían. Lolo Pla por Güiza, Gallar por Nieto... Pasaban los minutos y el escenario era el mismo. Miñano obligaba a Cifuentes a estirarse con un lanzamiento lejano, pero la jugada polémica en la que estuvo implicado el portero cadista fue en acción en la que la grada del Rico Pérez pidió penalti por un supuesto contacto de Cifuentes con Gato. El árbitro le sacó amarilla al jugador del Hércules por simular.
Cuando quedaban 20 minutos para el final del partido todo seguía igual. El Hércules se precipitaba con centros frontales en los que la defensa amarilla siempre se imponía. El Cádiz no inquietaba para hacer el segundo tanto, pero realmente no sufría. Dominaba el otro fútbol y eran constantes las acciones en las que los jugadores del Cádiz perdían tiempo, como debía ser.
Cifuentes se hartaba de coger balones colgados desde los costados. Todo en los alicantinos era muy previsible y no daba la impresión de que el partido corriera peligro. A decir verdad, el Cádiz tenía también suerte. Ya le sonrió la fortuna en el resbalón de Álex Muñoz y también en alguna acción defensiva. Pudo hacer el segundo en el 83 en una acción en la que Despotovic estuvo cerca de marcar tras un pase de Salvi. Habría sido irónico que marcara el balcánico, criticado como pocos.
Aridane era el dueño de su área y todo era cuestión de tiempo. Los últimos minutos fueron la confirmación de un señor equipo formado por Álvaro Cervera, un entrenador que ha hecho historia gracias a un trabajo extraordinario. Cambió al equipo de un modo espectacular y ahora, por fin, llega el momento de disfrutar. Incluso hay que destacar que, por una cuestión de justicia poética, en el partido clave llegó el gol de Güiza y otra exhibición de Aridane. Regreso al fútbol profesional con todos los honores.