Mikel Orbegozo se reencuentra con el gol, su especialidad
Con todavía 24 años, Mikel Orbegozo anhelaba de una vez minutos, protagonismo y goles. Después de unas últimas temporadas desorientado, a caballo entre Bilbao Athletic, Nàstic y Sestao River, ha encontrado en Amorebieta su golpe de pedal. Suma tres goles en este arranque liguero, la mitad de los que ha marcado el equipo de Leniz y representa su referente arriba. En Zubieta se hinchaba a perforar porterías.
El Athletic ató al azpeitiarra con 21 años y la maleta repleta de balones firmados en las categorías inferiores de Zubieta. El club rojiblanco llevaba años detrás del ariete y aprovechó que terminaba su contrato en junio 2011 para proponerle una oferta de tres campañas similar a la de Urko Vera e Ibai Gómez, superior a la que le había deslizado sobre la mesa la propia Real Sociedad.
Orbegozo, un nueve rematador, había marcado 30 goles en sus dos últimas campañas en el Sanse. Hizo 24 en Tercera, lo que sirvió para que el club txuri urdin recuperase su status en la categoría de bronce. A pesar de que tampoco es un delantero de excesiva envergadura (1'83), Orbegozo rentabiliza con destreza su fornido cuerpo en el punto de penalti y es un avezado rematador.
En enero de 2012, con 4 goles en 14 partidos con el Bilbao Athletic, fue cedido al Nástic de Tarragona en Segunda, pero no cuajó y encima el equipo se despeñó a Segunda B. Segundo mazazo, ligado al encajado con anterioridad por la promesa de formar parte de la pretemporada con el primer equipo. La marcha de Caparrós y la llegada de Bielsa no le allanó la senda precisamente.
La cesión en el River el curso pasado, lejos de auparle, le sumergió en el ostracismo. Entre lesiones y que el equipo verdinegro cabalgó en la zona más delicada casi toda la temporada, le dejó con escaso bagaje. Incluso parecía lento y torpón, algo insólito para un delantero tan prometedor como él. Rescindió en Lezama y ya libre de ataduras fue reclamado por Leniz para el Amorebieta, donde recupera el tiempo perdido, sin flashes ni presión mediática.
Curiosamente, su hermano Jon, cinco años mayor, también suma tres goles en el Barakaldo, aunque una lesión muscular le ha descabalgado las dos últimas semanas de las alineaciones. Mikel y Jon son sobrinos de Tomás Orbegozo, suplente habitual de la Real campeona de principios de los 80, aquella que pilotaba Alberto Ormaetxea ganadoras de dos Ligas. Actuaba de lateral o interior derecho, posición en la que disputó los noventa minutos de la vuelta de la semifinal de Copa de Europa ante el Hamburgo que el equipo donostiarra perdió en los últimos minutos ante los Kaltz, Magath y Hrubesch. De casta le viene al galgo. Mikel, licenciado como profesor de primaria, busca su sitio en la panorama balompédico. No se le ha podido olvidar meter goles.
@javirbeltran10
