Negados cara al gol

Inexplicable, así se tiene que resumir el partido que ha protagonizado el Celta de Vigo este domingo en Balaídos. 90 minutos de acoso y derribo que no han servido para meter al menos un gol. El SD Eibar sale vivo y el Celta se complica aún más sus opciones de permanencia debido a su nula puntería.

Los primeros compases llegaban con un ligero dominio del Éibar que no tardaba en igualar el Celta de Vigo con la entrada en juego de Rafinha  y Beltrán. Los celestes se hacían con el esférico pero no lograban trenzar ni una jugada de ataque salvo algunas acciones aisladas de Iago Aspas y Pione Sisto.

Era los dos atacantes celestes los que provocaban todas la situaciones de peligro, especialemente por el lado diestro, donde el moañés se estaba convirtendo  en una pesadilla para Cote, completamente superado por Aspas que ofreció a lo largo de la primera mitad hasta tres buena opciones que no supieron resolver Pione Sisto y Santi Mina.

Acoso infructuoso

El acoso celeste era constante, posiblemente estaba disputando los mejores minutos de la era Óscar García. Las primeras y tímidas aproximaciones ya eran, a partir de minuto  25, llegadas claras. Especialmente un mano a mano de Fran Beltran en el 37' que se tuvo que sacar de encima Dmitrovic. El rechace llegaba a los pies de Santi Mina, y su zapatazo, directo a la meta armera era despejada por el tacón de Bigas.

Aún tuvo una más el Celta, tras un error de la zaga eibarresa, antes de que el colegiado pitase el descanso. Pione Sisto se hizo con el balón y soltó un zapatazo al que respondió el serbio Dmitrovic con una nueva parada de gran mérito.

Salió el Eibar con ganas de igualar la intensidad celeste pero era el Celta quien tenía las primeras ocasiones de gol por medio de Pione Sisto y Iago Aspas, el moañés buscó batir al meta armero con una chilena que se fue por encima del larguero en el 49'.

El Celta se desconcentra

Seguía dominando el Celta, el Éibar salvo por un error de Murillo que desaprovechó Orellana con un flojo disparo, no salía de su campo. Óscar buscaba revitalizar el ataque celeste con el indultado 'Toro' Fernández, el problema es que el sacrificado fue Pione Sisto, tanto él como la grada mostraron su enfado por el cambio.

La polémica continuaba con un penalti sobre Aspas que González González ajustició con amarilla, la quinta del delantero, sin consultar el VAR. Aspas se intentaba sacar la espina con un potentísimo y ajustado remate al segundo palo que milagrosamente sacó Dmitrovic.

Esta montaña rusa descentraba al Celta, primero una indecisión de Murillo y Rubén a punto estuvo de costarle un disgusto al Celta en el 66'. La acción espoleaba al Éibar que ahora sí se asomaba a la meta celeste. Araujo salvaba los muebles al quitarle un claro balón a Sergi Enrich.

Minutos finales

Óscar agotaba sus cambios dando entrada a Denis y Mallo por Mina y Kevin cuando Beltrán volvía a salvar al Celta de otro error en defensa. Los nervios estaban a flor de piel y aún quedaba más de un cuarto de hora de juego. La entrada de De Blasis y Pape daba arrestos a un Eibar que igualaba fuerzas en el campo.

La maldición celeste parecía no tener fin, Olaza ponía un medido centro al área que parece que peina Araujo para irse directo al larguero. Lo que no paraba Dmitrovic lo hacía su portería. Lo intentaba Rafinha, luego Beltrán, pero el esférico no quería entrar y los minutos se agotaban.

Un descuento de infarto

A la desesperada Aspas recortaba dentro del área, buscaba en la frontal a un compañero al que regalar el gol. Apareció Rafinha que de primeras mandó el balón por encima del larguero para desesperación de todo un equipo que veía como la victoria se volvía imposible.

El Celta pedía en el 92' un penalti sobre Denis, González González hacía caso omiso ante las protestas de un equipo que aún no podía explicarse como no se había llevado los tres puntos en el que ha sido su mejor partido en meses,