El adiós a la 'zurda de caoba': de la "tostá" a la Copa de Rogelio
La historia del Real Betis es extensa y curiosa. Más de 700 jugadores han vestido la elástica verdiblanca. Unos y otros han dejado buenos y malos recuerdos. No obstante, siempre quedará en la memoria de la afición el nombre de Rogelio Sosa. Su fallecimiento ha acongojado en alto grado a todos los seguidores béticos. Sus 357 partidos como futbolista del Betis le otorgaron un lugar en la cima verdiblanca.
Él mismo recordó su debut como bético. Nada menos que el Madrid fue el primer rival al que se enfrentó. Y no uno trivial. Delante tuvo a fenómenos como Di Stéfano, Puskas y Gento. "Yo hice lo que sabía hacer: la 'rosca' y la 'tostá'". Este último... fue un regate mítico. La 'zurda de caoba' fue un jugador con gestos al alcance de pocos. Y una rapidez que fue la que le hizo decirle al húngaro Ferenc Szusza aquella sentencia que pidió mármol. Un sabio, Rogelio: "Correr es de cobardes".
88 goles logrados por el coriano le colocan como uno de los futbolistas más influyentes en el Betis. Aunque no todos los goles fueron simples tantos. De hecho, como mínimo, diez de ellos los consiguió desde la esquina. Concretamente, se consagró como el máximo anotador de goles olímpicos -que se conozcan- de la historia en España.
La 'zurda de caoba' fue uno de esos perfiles irrepetibles. Ese futbolista que encandilaba con cada golpeo. El Betis ha perdido a un campeón. Un pulmón que defendió la verdiblanca durante 16 temporadas.
Un trofeo que siempre llevará su nombre
A pesar de retirarse en la temporada 1977/78, no disputó la épica final de la Copa del Rey. Ante el Athletic Club, el Betis se proclamó campeón del trofeo copero y Rogelio se alzó como el protagonista. No por los cero minutos que disputó, sino por el reconocimiento de sus propios compañeros.
Le dieron el privilegio de levantar la Copa en el césped, mientras que ellos mismos le alzaban coronándole como el principal campeón. Jugó su último partido en febrero, de hecho, disputó solo 10 minutos de aquel encuentro ante el Cádiz. Sin embargo, ya entonces era un ídolo y quedará registrado en la historia del Betis como la viva imagen del verdiblanco.