Una bronca y un ciclón
El Atlético de Madrid consiguió este miércoles vencer con contundencia al Sant Andreu (4-0) en el Wanda Metropolitano y accedió a la ronda de octavos de final de la Copa del Rey.
Pese a lo abultado del resultado, el encuentro tuvo mayor suspense del esperado. El modesto equipo catalán de Tercera División puso contra las cuerdas a los de Simeone durante la primera mitad teniendo dos ocasiones muy claras y estrellando un balón contra la madera.
En el día en el que se esperaba la mejor versión de atacantes como Gelson y Kalinic, la estrella, el que aprovechó su oportunidad, al menos en los primeros cuarenta y cinco minutos, fue Antonio Adán.
El meta madrileño, tanto en pretemporada como en los partidos que ha tenido la suerte de disputar en lo que va de temporada, ha dado sobradas muestras de las cualidades que llevaron al club colchonero a apostar por él. Este miércoles salvó a su equipo de complicarse la vida en una eliminatoria que, a priori, tenían casi resuelta.
Ni Gelson ni Kalinic ofrecieron su mejor fútbol en el primer tiempo y Simeone tomó cartas en el asunto en el descanso. Su bronca tuvo el eco esperado en unos diez minutos iniciales de la segunda mitad en la que sus pupilos despejaron todas las dudas con tres buenos goles. Ya no estaba sobre el césped Gelson, uno de los dos cambios que el técnico argentino llevó a cabo en el intermedio. El portugués, señalado. El croata, se libró de la quema y anotó, con un buen cabezazo, su primer tanto como rojiblanco.
Una lástima que Simeone tuviera que sacar el látigo, y tirar de los titulares, para ver la mejor versión del Atlético.