Vocación de antisistema

La liga española se ha convertido en una competición sistémica, aburrida y previsible, en la que la clasa alta siempre domina y veta el ascenso de la clase media, y en la que la clase baja tiene que realizar milagros futbolísticos para codearse con más altas esferas. La liga española es una reproducción continua de un mismo 'status quo' con leves variaciones, y nunca trascendentales.

Por eso resulta tan tremendamente aburrido últimamente enfrentarse a uno de los dos grandes, más si cabe al Barcelona y más si cabe en el Camp Nou. Siempre queda ese prurito de intentar voltear al gigante, ese orgullo de intentar dar la sorpresa, pero la realidad y la historia reciente dicen que esas nobles intenciones suelen quedarse en inocentes represalias una vez que rueda la pelota.
Esa es la realidad futbolística de partidos como el del Sevilla de este sábado. Un equipo superior recibe a uno más inferior con pocas opciones de amargar la noche culé. Pocas.
Pero aún así, esto es fútbol, y estas palabras conforman una previa futbolística, y qué es una previa sino ilusión, expectación y esperanza acerca de lo que luego vendrá en el campo. Y eso ni el sistema se lo puede quitar al Sevilla ni a ningún otro equipo que visite tal plaza. Y a esos argumentos, primero, y a otros futbolísticos, después, debe agarrarse el Sevilla para intentar dar un zarpazo al Barcelona y romper, al menos por una noche, aunque sea de forma fugaz y repentina, esta liga sistémica tan monótona. El Sevilla debe agarrarse a esa furia, a ese enfado y a ese espíritu agresivo contra el sistema establecido porque además así tendrá más opciones de vencer al Barcelona. En realidad, son los argumentos a los que debe empezar a agarrarse en la Liga, porque su comienzo ha sido tibio y sin victorias las dudas asoman.
Es el primer paso, actitud. Son bien, y tristemente recordadas, las escenificaciones del conjunto nervionense en el campo blaugrana actuando poco más que de comparsa ante un reparto de grandes estrellas. Siendo el partido fuera de casa, bien podría pasar como ocurrió otras veces a domicilio (un año sin ganar lejos de Nervión), pero merece el Sevilla de Emery un voto de confianza en este caso. Por lo estudioso de su técnico, por la buena imagen de la temporada pasada, en la que incluso pudo puntuar, y porque se le presupone de buena fe al equipo sevillista que saldrá a dejarse la piel, el sudor y la sangre si hace falta ante el gigante, superior, pero mortal.
Unai Emery, en sus siempre prolongadas explicaciones previas al encuentro, ofrece una receta. Y no es complicada por sus ingredientes, sino por su puesta en marcha. Agresividad en defensa, contras rápidas e intentar recortar la posesión del Barcelona. Buenas intenciones, difíciles ejecuciones.
En cualquier caso, para ello parece que dispondrá el técnico a su equipo. Apostará Emery en principio por un doble pivote defensivo que bien podría ser el formado por M'Bia e Iborra con Rakitic más avanzado. Marin, recién recuperado, esperaría en el banquillo, y Rabello y Jairo podrían actuar por las bandas ante la baja de Perotti. Con Gameiro en ataque, y con la defensa de circunstancias ya acostumbrada, intentará el Sevilla dar réplica al Barça de Messi, Neymar y de Martino, que en la Liga ha empezado impecable y de cuyas rotaciones puede intentar aprovecharse.
Será difícil, casi imposible derrumbar el sistema. Pero a veces, las intenciones, si son loables, logran objetivos inesperados.
 
Alineaciones probables: 

FC Barcelona: Valdés; Daniel, Piqué, Mascherano, Adriano; Xavi, Busquets, Iniesta; Tello, Messi, Neymar.
Suplentes (dos descartes): Pinto; Bartra, Jordi Alba, Montoya, Song, Dos Santos, Cesc, Sergi Roberto, Alexis. 

Sevilla FC: Beto; Coke, Cala, Fernando Navarro, Alberto Moreno; Iborra, M'Bia; Rabello, Rakitic, Jairo; Gameiro.
Suplentes: Javi Varas; Figueiras, Cristóforo, Trochowski, Vitolo, Marin, Carlos Bacca.