A Perotti le había cambiado hasta el carácter

No hace tanto tiempo, Diego Perotti estaba con pie y medio fuera del Sevilla. Llevaba casi dos temporadas enteras dando tumbos en medio de un calvario de lesiones que no le permitían tener continuidad y estaba muy cerca de ser cedido a Racing de Avellaneda, pero esa salida se frustró.
 

En ese punto, lo que en las primeras horas fue un durísimo varapalo para el argentino, que necesitaba salir del Sevilla por cuestiones anímicas más si cabe que futbolísticas, supuso un punto de inflexión positivo dentro de una recuperación que ya parece casi lograda… aunque desde el entorno de Perotti se lleve por bandera la cautela. De hecho, no estarán tranquilos hasta que pase el verano y complete la pretemporada sin problemas con el equipo.
 
A Perotti le había cambiado literalmente el carácter. La falta de continuidad y las continuas recaídas le habían 'avinagrado' y no era el mismo ni con su familia, ni con los médicos, ni con sus agentes… estaba peleado con el mundo. Tenía miedo y ansiedad y había tocado fondo cuando estuvo en Argentina para enrolarse en Racing. Si los médicos le decían que parase, apretaba para volver a la menor sospecha de recuperación con las consecuencias ya sabidas.
Pero lo que ocurrió en Argentina obró un nuevo cambio en Perotti. Asumió que las prisas eran malas consejeras y que quizás la temporada había acabado para él, empezó a cumplir con las recomendaciones de los médicos y se ‘bunkerizó’ en Sevilla con su novia argentina y su madre. Ya no estaba 'avinagrado'. Había aceptado lo que estaba ocurriendo y enfocaba mejor el problema. Hasta su representante, Álvaro Torres, reconoce a ElDesmarque que nota "a Diego mucho más contento desde que volvió de Argentina. Ahora Diego es más feliz".
De momento, ha vuelto a ser titular 18 jornadas después de jugar el pasado 15 de diciembre ante el Málaga, y ha dado muestras de haber recuperado la velocidad y la confianza. Hasta ahora solo había jugado ratitos. Tiene por delante cuatro partidos y muchos entrenamientos para seguir demostrando que el mejor Perotti ha vuelto, aunque la consigna está clara: Nadie se puede confiar hasta que haga una pretemporada como uno más.