El adiós de John Terry y el final de una era en el Chelsea

Después de que el Chelsea ganara en FA Cup al MK Dons, los aficionados ‘blues’ recibieron una noticia que temían desde hacía tiempo: su capitán y alma del club John Terry dirá adiós al equipo londinense a final de temporada, cuando termine su contrato.

De unos meses a esta parte se había especulado mucho sobre una posible salida de Terry del equipo de su vida, al no haber renovado aún el contrato que finalizaba en junio de 2016, y fue el propio jugador el que quiso dar la cara y reconocer públicamente que no había recibido oferta de renovación y que saldrá del club. Eso sí, especificó que no jugará en otro equipo de la Premier League evitando así situaciones como el gol de Frank Lampard al propio equipo ‘blue’ hace dos años jugando para el Manchester City.
El adiós de Terry supone el fin de una época, la más gloriosa en la centenaria historia del club afincado en uno de los barrios más ‘glamourosos’ de la ‘Big City’ de Londres. Cuando Terry debutó con el primer equipo del Chelsea, la imagen del equipo era muy distinta a la de ahora. Lejos de ese equipo millonario con muchos fans en contra dentro de las islas, el Chelsea era un equipo de media tabla con 1 Liga, 2 FA Cup y una Copa de la Liga en su palmarés local.
Fuera de Europa destacaban las 2 Recopas logradas y una Supercopa de Europa. Ante el Real Madrid consiguió la primera de ellas en el 71, mismo rival que en la Supercopa europea de 1998 a la que llegó tras ganar la Recopa de ese año frente al Stuttgart. En octubre de ese 1998 fue cuando debutó Terry en el primer equipo en un partido de Copa de la Liga. Terry era un central reconvertido desde el puesto de centrocampista defensivo que llegó a las categorías inferiores con 14 años después de abandonar la cantera del West Ham.

Sin embargo, no fue hasta la 2000/01 cuando comenzó a asentarse en la primera plantilla. Ese año disputó un total de 23 partidos sorprendiendo a todos y convirtiéndose en el mejor jugador de la temporada por votación de los aficionados. Mucho mérito al compartir plantilla con estrellas como Jimmy Floyd Hasselbaink, máximo goleador esa temporada de la Premier o los veteranos Poyet, Zola y Dessailly, compañero este en el centro de la zaga del joven Terry que ya había sido capitán en alguna ocasión.
La progresión de Terry crecía pero todo cambió con la llegada al club en el verano de 2003 del magnate ruso Roman Abramovich, quien compró el equipo por 140 millones de libras, récord de la época. Abramovich destinó gran parte de su dinero a fichar jugadores y convertir al club en uno de los más poderosos de la Premier, al margen de realizar un gran papel en la Champions, para la que el Chelsea se acababa de clasificar por segunda vez en su historia.
Ese verano ya llegaron estrellas como Crespo, Mutu o Makelele, y junto a los Hasselbaink o Lampard se colaron en las semifinales de una sorprendente edición que acabó con una final de modestos: Oporto-Mónaco. Los monegascos eliminaron al Chelsea en la penúltima ronda. Para Abramovich no fue suficiente y ese verano contrató al técnico del campeón de Europa: José Mourinho. No dudó tampoco a la hora de sacar la chequera por jugadores y ese mismo mercado se conformó la que sería la columna vertebral del club en los mejores años de su historia: Petr Cech-John Terry-Frank Lampard-Didier Drogba.

Juntos consiguieron ser campeones de Liga esa misma temporada por segunda vez en su historia, primera bajo el formato Premier, exactamente cuando se cumplían 50 años del primer título. Con otras piezas clave de la talla de Arjen Robben, Eidur Gudjohnsen o Ricardo Carvalho, de nuevo las semifinales de Champions dejaron a John Terry y los suyos con la miel en los labios al caer frente al Liverpool con un solitario y polémico tanto de Luis García en Anfield tras haber eliminado previamente a  Barcelona y Bayern.
Por esas fechas John Terry ya era un habitual en la titularidad de la selección inglesa. Debutó en junio de 2003 frente a Serbia y Montenegro y no hubo quien le moviera del centro de la zaga hasta 2012, cuando se retiró del fútbol internacional después de 78 partidos y 6 goles con los ‘pross’. Jugó 2 mundiales (2006 y 2010) y 2 Eurocopas (2004 y 2012), siendo Alemania’06 el mayor logro con los cuartos de final en la cita mundialista.
Siguiendo con su carrera en el Chelsea, los títulos seguían sumándose para Terry. Entre 2005 y 2007, el equipo ‘blue’ consiguió 2 Premier League,  2 Copas de la Liga, 1 FA Cup y 1 Supercopa inglesa. La final de la Liga de Campeones seguía resistiéndose y llegó en el momento más inesperado, en 2008, tras una temporada rara que comenzó con la salida de José Mourinho y ante otro equipo inglés, el Manchester United de Cristiano Ronaldo, Wayne Rooney y Carlos Tévez.
En el estadio Luzhniki de Moscú, los goles de Cristiano y Lampard llevaron el encuentro a los penaltis. Allí, en el quinto lanzamiento ‘blue’ apareció la figura de John Terry. Si el central inglés marcaba, el Chelsea se proclamaría campeón de Europa por primera vez en su historia y se cumpliría el sueño de Abramovich y toda una generación de futbolistas y aficionados del equipo, después de que Cristiano fallara su lanzamiento.
Todo parecía demasiado perfecto hasta que Terry se resbaló con el césped mojado justo al disparar y el balón se marchó al palo. El jugador no se lo podía creer. Nadie se podía creer que el jugador que con más ansias deseaba esa Champions hubiera errado el lanzamiento definitivo. Anelka fallaría en la muerte súbita y el Manchester logró la Champions pero daba igual, el fallo que quedó para la posteridad fue el de Terry.

Este ha sido el único lunar deportivo en una carrera que ha estado acompañada de otros escándalos tales como una pelea con turistas norteamericanos después de una noche de juerga, acusaciones de lucrarse a costa de hacer tours por Stamford Bridge, acostarse con la mujer del compañero en el Chelsea y la Selección Wayne Bridge o los insultos racistas hacia el central del Queens Park Rangers Anton Ferdinand. El entorno familiar de Terry no ha ayudado a su personalidad, ya que sus padres fueron detenidos en varias ocasiones.
Pese a todo, no se puede obviar la seguridad y el carácter de Terry como central. Unas cualidades que le han permitido ser el Mejor Jugador de la temporada del Chelsea (2001 y 2006), Mejor Defensa de la UEFA (2005, 2008 y 2009) o estar en el Mejor Equipo del Año por parte de FIFPro (2005-2009), de la UEFA (2005, 2007-2009) o del Mundial 2006. Además, en 2011 fue incluido en el Equipo de la primera década del siglo XXI en la Premier League.
Un palmarés que también crecía de forma colectiva con la Premier de 2010, las FA Cup de 2009, 2010 y 2012 o la Supercopa de 2009. Todos los títulos disputados con el Chelsea menos la Champions, y esta llegó por fin en 2012. Con el interino Roberto di Matteo en el banco, se decía que la vieja guardia del Chelsea (Terry, Lampard, Drogba) era la que realmente controlaba el vestuario. De este modo y sin hacer mucho ruido, el Chelsea fue avanzando ronda tras ronda en la Champions hasta colarse en la final por segunda vez en su historia.
Una absurda tarjeta roja en semifinales en el Camp Nou impidió que Terry disputara la final ante el Bayern en terreno rival, el Allianz Arena de Múnich. Sin embargo, esto no impidió que Terry disfrutara como un niño cuando Drogba anotó el penalti definitivo en la tanda para, esta vez sí, dar al Chelsea su primera Champions League.

Desde entonces, debido a los años, Terry ha ido descendiendo paulatinamente su rendimiento. Mientras, más logros como la Europa League de 2013, la Premier y la FA Cup del pasado año o el récord de ser el defensa con más goles en la Premier League. También actuaciones brillantes como el gol al Everton hace dos semanas para empatar el partido en el minuto 98. Todo hasta el próximo verano, fecha de su adiós del Chelsea para un jugador que ha disputado hasta la fecha 698 partidos (tercero histórico) y ha marcado 67 goles para los ‘blues’ siendo el capitán del mejor Chelsea de la historia.