Un Mundial con 40 selecciones

No es ningún secreto que se avecinan nuevos tiempos en la FIFA. Tras la salida a la luz de numerosos casos de corrupción en los últimos años, con Blatter y Platini como principales cabezas visibles y a la vez mayores damnificados, el máximo organismo futbolístico afronta una más que necesaria renovación.

Esta nueva etapa dará comienzo el próximo 26 de febrero, fecha fijada para la celebración de las elecciones a la presidencia FIFA. En ellas, uno de los principales aspirantes es el suizo Gianni Infantino, quien desde 2009 ejerce como Secretario General de la UEFA. Independientemente de su elección o no como sucesor de Joseph Blatter, lo cierto es que Infantino ya ha dado muestras de querer llevar a cabo un cambio no sólo institucional dentro del, actualmente, debilitado organismo futbolístico.
Sin ir más lejos, el letrado suizo ha propuesto la ampliación de la nómina de equipos participantes en una Copa del Mundo, que de acuerdo a esta renovación pasaría de 32 a 40 combinados nacionales. Un cambio que vendría además acompañado por una pluralización de la sede mundialista, que en lugar de limitarse a uno o dos países abarcaría toda una región, lo cual permitiría a “más países disfrutar del honor y los beneficios de organizar una Copa del Mundo".
La idea de Infantino se sustenta en hechos recientes o que están próximos a acontecer. Concretamente, el candidato a la presidencia FIFA ya fue parte activa de la ampliación de la Eurocopa hasta los 24 participantes, un formato que se estrenará este mismo verano, y remite al Mundial de Corea y Japón 2002 como ejemplo de funcionamiento de una sede compartida entre varios países. Todo ello constituye tan sólo un avance de la Eurocopa 2020, cuya celebración tiene previsto ser albergada de forma simultánea por hasta 13 naciones del viejo continente.
En lo que a la organización de un hipotético torneo de 40 selecciones se refiere, Infantino propone la formación de ocho grupos de cinco equipos, una variación para la que "sólo se necesitarían tres días de partido adicionales. No supondría una gran influencia en el calendario internacional". De este modo, a la espera de las elecciones a la presidencia FIFA, el abogado suizo ha dejado claro en el inicio de su campaña su firme apuesta por el cambio dentro del organismo que espera presidir desde el próximo 26 de febrero.