1-0 Una gota de calidad de Khazri da la victoria a Túnez sobre una floja Irán

El controvertido mediapunta del Rennes Wahdi Khazri sacó hoy toda la calidad que atesora y dio la victoria ilusionante a Túnez frente a una Irán seria pero floja, que no mostró pólvora en ataque.La estrella tunecina, rehabilitada tras una polémica actuación en la última Copa de África y una decepcionante temporada pasada en el Sunderland, equipo que aun conserva sus derechos, rompió la férrea defensa de Carlos Queiroz en el minuto 70 de partido con dos regates en el pico del área.
Su posterior remate lo sacó con una excelente parada el portero iraní Alireza Beiranvand (Persépolis) pero la suerte sonrió al las "Águilas de Cartago" ya que la pelota rebotó en los pies de Milad Mohammadi (Akhamt Grozny) y se introdujo en su propia portería.
Hasta ese momento, ambos equipos midieron fuerzas en un césped muy pesado y mojado por las lluvias que azotan desde hace días el más país norteafricano, más preocupados de mantener la posición que de inquietar al rival.
Y es que tanto Queiroz como el entrenador tunecino Nabil Maaloul tienen una concepción del fútbol muy similar: les gustan los equipos muy tácticos, muy sólidos en defensa, con un centro de campo pensado para retener más que para crear.
La diferencia estriba, quizá, en que el tunecino es un equipo más bregado, más experimentado, concebido para esta copa del Mundo, mientras que los iraníes atesoran calidad y juventud, con la mirada puesta más en el futuro.
Antes de que el veterano Khazri marcara un gol que da fuerza moral a los norteafricanos, fue el recuperado Ehsan Hajsafi (Olympiacos) el que pudo poner por delante al equipo persa pero su disparo directo de falta fue despejado con solvencia por el hoy portero titular Farouk Ben Mustapha (Al Shabab).
De la misma manera, Beiranvand negó a Khazri el segundo cuando el partido entraba en la recta final.
Túnez volverá a jugar el martes frente a Costa Rica en Niza mientras que Irán seguirá su aclimatación al fútbol norteafricano con un amistoso frente a Argelia en Graz (Austria), en su obsesión por el primer partido mundialista contra marruecos.