El BMC rescata al Pinto tras una avería en la carretera

El autobús en el que el sábado viajaba el BM Carabanchel (BMC) de regreso a Madrid dio media vuelta para desandar 100 kilómetros y rescatar al del BM Pinto, que había sufrido una avería y tenía complicado su regreso a casa, informa la Federación Madrileña de Balonmano (FMB).Tras ganar a domicilio al Tolosa Eskubaloia por 24-25, el BMC, de la División de Honor Plata, emprendió el viaje de regreso a Madrid por la carretera A-1. Tras haber realizado ya la parada reglamentaria y cuando estaba a 99 kilómetros del destino, el autobús tuvo que hacer otra detención para dejar a uno de los jugadores.
"Normalmente ya no hubiéramos parado más, pero teníamos que dejar a nuestro jugador. Fue entonces cuando nuestro conductor, Ángel, vio que tenía varias llamadas de su jefe y aprovechó para hablar con él. Tras la conversación nos comentó que había otro equipo de balonmano tirado en la carretera por una avería y que estaban 100 kilómetros por detrás, y nos preguntó si volvíamos a por ellos. Nosotros le dijimos enseguida que sí, pero no sabíamos qué equipo era", explicó a la FMB la delegada del BMC, Laura Asensio.
"Por el camino pensábamos que podía tratarse del BM Pinto -equipo del Grupo B de la Primera Estatal Masculina-, que jugaba en Santoña (Cantabria), pero hasta que no llegamos no lo confirmamos. Cuando nos estábamos acercando ya vimos los chándales y supimos que eran ellos", agregó.
El BM Pinto jugó contra el ACV BM Santoña, ante el que perdieron por 25-23, y regresaba a Madrid por la misma carretera que el BMC. Cuando estaban a 200 kilómetros de la capital e iban a hacer una parada, notaron que algo le sucedía al autobús y se dieron cuenta de que habían pinchado.
"El conductor llevó el vehículo hacia el arcén y muy despacito nos acercamos a un área de servicio para no quedarnos en medio de la autovía de noche porque era muy peligroso. Nos dijo que era una avería mucho más grande y nos informó de que el BM Carabanchel estaba 100 kilómetros por delante de nosotros, que daban la vuelta y venían. Nos fuimos a comer un bocata y esperamos a que llegaran a por nosotros", explicó a la FMB Luis García, entrenador del equipo de Primera Estatal.
"La verdad es que estamos muy agradecidos porque estos viajes en autobús, cuando le sumas 200 kilómetros más, se hacen pesadísimos. Y damos gracias de que no pasa nada porque fue un susto. Cuando les vimos fue una gran alegría. Nos conocemos, hemos sido rivales... Fue una ayuda muy grande", comentó el técnico tras la aventura de la jornada que terminó a las 5.00 de la madrugada cuando llegaron a sus casas.