España recurre a la ciencia para llegar pletórica hasta el final

Junto a la tradicional pizarra, los balones o las zapatillas en el Mundial de Francia comparten espacio entre el equipaje de la selección española de balonmano los acelerómetros y escalas de esfuerzo, la herramientas del novedoso plan de preparación física con el que España quiere llegar a pleno rendimiento hasta la final.Javier Villanueva
A un lado han quedado las sensaciones o percepciones subjetivas, todo es medido y cuantificado por el preparador físico Jesús Rivilla, que con los datos en la mano, se muestra seguro de que los Hispanos afrontarán en perfectas condiciones el tramo decisivo del Mundial.
"No tenemos el temor de que el equipo se venga físicamente abajo y aunque me gusta ser cauto, tenemos datos para ser optimistas y confiar en la capacidad de recuperación de los jugadores", señaló Rivilla en declaraciones a EFE.
Un perfecto estado que responde a las novedades introducidas por Rivilla tanto en la fase de preparación como durante el transcurso del propio campeonato, con la implantación de cortas pero intensas sesiones de trabajo físico destinadas a mejorar tanto la potencia como la velocidad de los jugadores.
"Nunca olvidamos realizar sesiones, aunque sea en pequeñas dosis, para mantener e incluso mejorar esa potencia y velocidad que hemos logrado en la fase de preparación, porque si no, esa potencia se pierde, y eso es clave, máxime en nuestro equipo que tenemos jugadores muy explosivos, porque si perdemos potencia, perdemos nuestra esencia", explicó Rivilla.
Sesiones de trabajo en las que juegan un papel fundamental los acelerómetros, los instrumentos que indican a Rivilla la velocidad a la que el jugador realiza cada movimiento, un dato indispensable para conocer la potencia de cada internacional.
"Cada jugador sabe a través de una ficha individualizada la carga que tiene que utilizar y la velocidad a la que tiene que levantar esa carga para mejorar su velocidad y potencia. Con los datos que vamos obteniendo podemos ajustar ese trabajo durante el campeonato para no perder potencia", indicó el preparador físico del equipo español.
Una carga añadida de trabajo, que contrasta con las hasta ahora habituales sesiones de recuperación que ha realizado el conjunto español en anteriores campeonatos, que han sido asumidas con agrado por los internacionales españoles, conscientes de que cualquier mínimo detalla puede marcar la diferencia entre estar en el podio o no.
Desde el primer día les expuse el porqué y el para qué de lo que iban a realizar, consciente de que íbamos a introducir elementos que eran nuevos, y desde el primer día el grupo ha mostrado una actitud muy positiva y una mentalidad abierta a cambios que ven que pueden ser positivos", afirmó Rivilla.
Un trabajo, el del preparador físico, que se engloba dentro del novedoso modelo de gestión implantado por el nuevo seleccionador español Jordi Ribera.
"Todos los días nos reunimos los miembros del cuerpo técnico y hacemos una puesta en común sobre todo aquello que consideramos relevante en nuestras respectivas facetas de trabajo y de ahí salen soluciones globales para cualquier problema del equipo, mucho mejores que la que podríamos adoptar individualmente cada uno en nuestra faceta", señaló Rivilla.
Una labor en equipo tanto dentro como fuera de la cancha, en el que el estudio y la ciencia han ganado peso con la llegada al equipo nacional de Jesús Rivilla, profesor de metodología del entrenamiento en el INEF de Madrid y perfecto conocedor del balonmano de elite, tras su paso hace ya unos años por el extinto Balonmano Ciudad Real.