Algo más que testículos

El Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS)
sostiene, a juzgar por los tres años de suspensión que le acaba de
imponer, que en los éxitos atléticos de Marta Domínguez, hasta hace
cuatro años considerada la mejor atleta española de todos los
tiempos, había algo más que coraje, garra, determinación y "huevos". 
José Antonio Diego
El 30 de agosto del 2003, en la final de 5.000 metros de los
Mundiales de París, Marta impartió una lección de pundonor.
Alcanzada a 40 metros del final, cuando iba en cabeza, por gente que
venía más fresca por detrás, lejos de hundirse, se sobrepuso y, tras
verse fuera de las medallas, rescató, al menos, la de plata.
"¡Qué huevos tienes, Marta!". La exclamación se oyó en la zona
mixta del estadio, donde los atletas, al terminar la prueba,
atienden a los medios de comunicación. "¡En eso he salido a mi
padre!", contestó, radiante, la palentina.
El TAS entiende ahora que no sólo era cuestión de testículos. Su
reputación como atleta se ha desmoronado y, aunque en su historial
todavía quedan títulos y medallas después de perder el oro mundial y
la plata europea en 3.000 metros obstáculos, su imagen ha quedado
destrozada.
Sufrió un duro golpe ya el 9 de diciembre del 2010 cuando la
Gurdia Civil registró su domicilio en Palencia en el marco de una
operación antidopaje. Campeona mundial de 3.000 metros obstáculos,
dos veces subcampeona del mundo de 5.000 y otras tantas campeona de
Europa, Marta disfrutaba hasta ese día de una reputación inmaculada
que llenaba de orgullo a todo el atletismo español.
Solo un mes antes, había anunciado que estaba embarazada, aunque
pretendía regresar a tiempo para participar en los Juegos de Londres
2012, con la esperanza de conquistar la única medalla -la olímpica-
que se le resistía.
De "primera dama" del atletismo español, la mejor de todos los
tiempos, y vicepresidenta de la Federación Española, la palentina
pasó a ser vilipendiada, puesta en la picota por supuestas prácticas
de dopaje de las que, sin embargo, fue absuelta en los juzgados.
Marta Domínguez logró el mayor éxito de su carrera el 17 de
agosto del 2009, exactamente un año después de que en la final de
los Juegos de Pekín tropezara con el penúltimo obstáculo y se fuera
al suelo en plena final olímpica.
Ese día, en el estadio Olímpico de Berlín, Domínguez se colgó la
medalla de oro de los 3.000 metros obstáculos con un nuevo récord de
España y la mejor marca mundial del año (9:07.32).
Marta Domínguez se ganó a pulso una reputación de atleta
aguerrida, valiente, capaz de batirse con las mejores del mundo,
dotada de una especial habilidad para ajustar su forma física al día
de los grandes campeonatos de cada año. De ese modo había ido
coleccionando medallas durante 16 años.
Desde que en 1993 logró en San Sebastián (España) el título
europeo júnior de 1.500 metros, Marta había triunfado en las grandes
ocasiones, excepto en los Juegos Olímpicos. Su única final olímpica,
en tres ediciones, fue la de obstáculos en Pekín (en Atlanta'96 cayó
en series de 1.500 y Sydney 2000 en las de 5.000), pero aún no
descartaba llegar hasta Londres 2012, cuando tuviera 35 años.
Los Mundiales, por el contrario, se le han dado bien. Los de
Berlín eran los sextos para la palentina, que había ganado dos
medallas de plata en 5.000 (Edmonto 2001 y París 2003) y estado en
otras dos finales (novena en Sevilla'99 y decimocuarta en Helsinki
2005, ambas en 5.000).
A lo largo de su dilatada carrera Marta Domínguez fue encontrando
motivación en el cambio de distancia y de especialidad, compitiendo
con éxito en distancias comprendidas entre los 1.500 y el medio
maratón.
Su paso a los 3.000 m. obstáculos parecía una apuesta dudosa,
pero ya en Pekín 2008, con apenas un año de entrenamiento, demostró
que podía estar arriba con las mejores.
Después de ganar en París 2003 su segunda plata en unos
Mundiales, tuvo un breve bache en su carrera entre los años 2004, en
que no compitió en los Juegos de Atenas por lesión, y 2005, en que
sólo fue decimocuarta en los Mundiales de Helsinki, pero un año
después regresó en los Europeos de Gotemburgo con su segundo título
consecutivo en 5.000.
En los Juegos de Sydney 2000, una gripe le impidió clasificarse
para la final olímpica.
Domínguez era el último producto, uno de los más preclaros, de
una escuela palentina que ha dado atletas como Mariano Haro,
Santiago de la Parte, Isaac Viciosa, Ana Isabel Alonso, los hermanos
Cándido y Javier Alario, Angelines Rodríguez y Dolores Rizo.
Aficionada al fútbol, se dio a conocer en el atletismo al
proclamarse campeona de Europa júnior de 1.500 en San Sebastián'93 y
un año después logró la medalla de plata en los Mundiales júnior de
Lisboa.
En aquella carrera de Lisboa empezó a lucir en la cabeza su
famosa cinta que le había regalado poco antes su abuela y con la
que, convertida en su amuleto, acostumbraba a competir desde
entonces.
Su brillante ejecutoria comenzó a palidecer cuando en febrero de
2006 la Guardia Civil desencadenó la Operación Puerto, en la que por
vez primera, de tapadillo y por medio de su perro Urco, surgió el
nombre de Marta Domínguez asociado al dopaje.
Una de las bolsas de sangre incautadas por la Guardia Civil al
doctor Eufemiano Fuentes tenía un nombre, Urco -así se llamaba el
perro del marido de la atleta- y un teléfono, el de Marta Domínguez.
Cuatro años después, la atleta palentina volvió a sufrir un
sobresalto, esta vez como protagonista de la Operación Galgo. La
Guardia Civil registró su domicilio y le imputó delitos contra la
salud publica y fiscales, de los que resultó absuelta sin que se
entrara en el fondo de las supuestas prácticas de dopaje.
La investigación no prosperó en ninguna de las dos operaciones,
pero Marta ha sido cazada por el pasaporte biológico, un invento
introducido en 2009 que permite deducir, a la vista del perfil
hematológico de cada atleta, si en alguna etapa de su vida deportiva
ha recurrido al dopaje para aumentar su rendimiento deportivo.
La IAAF trasladó a la Federación Española el expediente abierto a
Marta por anomalías en el pasaporte biológico entre agosto de 2009,
coincidiendo con los Mundiales de Berlín, y enero de 2013. Las
irregularidades detectadas apuntaban a un posible dopaje sanguíneo,
ya fuera EPO o transfusiones.
El valor anómalo fue el de la hemoglobina en agosto de 2009, que
arrojaba niveles elevados con respecto a su perfil natural.
La diferencia pudo comprobarse tres años después por contraste
con los niveles que presentaba la palentina cuando regresó a la
competición después de dar a luz. Tres expertos de la Agencia
Mundial Antidopaje (AMA) concluyeron, por separado, que en su
pasaporte biológico había algo raro en 2009.
Seis años después de alcanzar la cúspide de su carrera en Berlín,
Marta Domínguez ha sido desposeída de su medalla de oro mundial y ha
perdido también la de plata que obtuvo en los Europeos de Barcelona
2010.
 
Todas sus medallas:
 
Mundiales Edmonton 2001 Plata 5.000
París 2003 Plata 5.000
Europeos Budapest 1998 Bronce 5.000
Múnich 2002 Oro 5.000
Gotemburgo 2006 Oro 5.000
Mundiales p.c. Birmingham 2003 Plata 3.000
Europeos p.c. Estocolmo 1996 Bronce 3.000
Valencia 1998 Bronce 3.000
Gante 2000 Bronce 3.000
Viena 2002 Oro 3.000
Birmingham 2007 Plata 3.000
Mundiales júnior Lisboa 1994 Plata 1.500
Europeos sub 23 Turku 1997 Bronce 5.000
Europeos júnior San Sebastián 1993 Oro 1.500
Europeos cross Toro 2007 Oro