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Usted está sobrecualificado para este puesto

Marcos Llorente, lamentándose ante Kosovo (Foto: Kiko Hurtado).
Periodista especializado en Sevilla FC y Betis.

Usted está sobrecualificado para este puesto. Su currículum no corresponde con lo que estamos buscando y, por tanto, no tiene sitio en esta empresa. Podría haberlo firmado cualquier empresario, podría haberlo leído cualquier estudiante en paro, pero la historia -más o menos- corresponde a España, a Luis Enrique y a Marcos Llorente.

Cuando tener estudios es un problema. Cuando ser uno de los futbolistas más en forma del país se convierte en un hándicap notable en la selección. No es un problema, no puede ser calificado como tal, pero sí es un quebradero de cabeza para el seleccionador.

Marcos Llorente llegó a la selección por méritos propios. Su temporada en el Atlético de Madrid es sobresaliente y con el Cholo Simeone ha sido capaz de pasar de ser un pivote recuperador aprendiz de Santiago Solari a uno de los mejores llegadores de Europa. Y carrilero. Y centrocampista. Y delantero. Y lo que tú le pidas.

Luis Enrique no le solicita en ninguno de dichos puestos, sino como lateral diestro. Con Dani Carvajal en un ciclo infinito de lesiones y Jesús Navas lejísimos de su mejor nivel, la convocatoria colocó a Pedro Porro entre los internacionales, pero su papel ante Georgia fue de lo más gris del combinado nacional.

El problema no es que Marcos Llorente no sea bueno, ni que Luis Enrique no lo valore. Porque es buenísimo y el seleccionador no es tonto, no es más torpe que el redactor que escribe ni el tuitero que opina. Es un hombre que ha ganado algún título, creo.

Pero no es fácil. Luis Enrique ha demostrado que sus extremos son eso, extremos, no inventos. Ferran Torres y Dani Olmo parecen fijos -está más que demostrado- y sus recursos se llaman Adama Traoré y Bryan Gil -por el momento-. Porque son extremos, no reconvertidos.

Los pivotes son Busquets y Rodrigo, porque son eso, pivotes. Y los mediocampistas son múltiples: desde el criterio de Fabián y Merino, pasando por el trabajo de Koke o la magia de Canales. Son todos fijos en sus puestos. Marcos Llorente, que puede jugar de todo lo que hemos dicho, no está asentado en ninguno.

Marcos Llorente, en la celebración del gol de Ferran Torres ante Kosovo (Foto: Kiko Hurtado).

Puede jugar en tantas posiciones, que no encaja. Está sobrecualificado, por encima de la media. Es un fijo en la convocatoria, seguro, pero no en el once. Y es difícil de explicar (y de entender).

Si Jesús Navas aprieta, si Carvajal se recupera y Sergi Roberto consigue quitarle el sitio a Dest, probablemente serán los laterales de Luis Enrique. Y Marcos Llorente, igual, se habrá equivocado al mandar su CV como hombre polivalente.

Cuando ser el hombre con mejor forma del país es un problema.

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