Gloria, penitencia y resurrección. España vivió la Semana Santa más particular (y triste) en Sevilla y no necesitó los siete días, sino que le valieron poco más de 90' para firmarlo.
Sevilla tiene un color especial. Y un clima. Y una sensación para la selección española. El conjunto de Luis Enrique volvía este miércoles a La Cartuja -el escenario en el que le metió seis a Alemania- con una sonrisa en su rostro y con todas esas características tan marcadas en la Semana Santa.
El técnico olvidó posibles inventos y tiró de todo lo que le ha funcionado bien: Unai Simón fijo en portería, Llorente en el lateral olvidando a Pedro Porro, Íñigo titular junto a Eric García y Jordi Alba más allá de lo personal. En el medio, premio para Pedri y reconocimiento para Busquets. Arriba, los dos niños del técnico -Ferrán y Olmo-, junto a Morata. Inventos, ninguno.
¡El XI de #España!
Unai Simón
Marcos Llorente
Eric Garcia
Íñigo Martínez
Jordi Alba
Busquets
Koke
Pedri
Ferran Torres
Dani Olmo
Morata#EspañaKosovo #Catar2022— ElDesmarque (@eldesmarque) March 31, 2021
Funcionó. La preocupación de Luis Enrique con el papel de España ante Grecia y Georgia desapareció en el minuto diez. Sus jugadores corrían, combinaban y, por momentos, recordaban a la noche en la que se le metieron seis a la todopoderosa Alemania.
En apenas siete minutos ya habían perdonado tres, Morata casi lo mete en el 21' y a la media hora se acabó el espectáculo. Dani Olmo abrió el marcador con un auténtico golazo y dos minutos después fue Ferran Torres el que, con otro buen tanto, cerró la carpa.
El calor de Sevilla se iba, llegaba la noche y el frío. Y España había (parecía) dejado todo sentenciado.
La segunda mitad arrancó sin demasiado ritmo, con el marcador resuelto y el tiempo pasando tan lento que, sinceramente, el partido se había vuelto una penitencia para los pocos privilegiados que estaban en La Cartuja.
El reloj pasaba -casi- los 60' de juego y Unai Simón parecía que estaba aburrido. Falló en un despeje que acabó en el cuerpo de un compañero, se resbaló en un par de ocasiones y, tras un inexplicable control, perdió la bola ¡¡en el centro del campo!! y le regaló el gol a Kosovo. La penitencia, para el chaval.
Pero aún quedaba la resurrección. Tras dos partidos ausente, Gerard Moreno apareció como si de Jesucristo se tratase y, con el equipo entre nervios y miedo, anotó el tercero para dejar la cita resuelta.
Gloria en la primera mitad, penitencia para Unai Simón y resurrección a tiempo. La Semana Santa en Sevilla, en 90'.