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Inglaterra y las tandas de penaltis: un drama de los de toda la vida

Manuel Sánchez Gómez (EFE)

Una vez más, Inglaterra se hundió desde los once metros. Nada hace más daño a la memoria de los que se erigen como creadores de este deporte que una tanda de penaltis, una especia de moneda al aire que les ha negado la mano muchas más veces de las que les ha sonreído.

Los 'Tres Leones' volvieron a estrellarse en su maldición. Como en 1996, como en el 2004, como en 2012. Otra herida que añadir a la lista de grandes decepciones inglesas. Otra puñalada en el corazón de aquellos que creen que alguna vez el carácter macabro del 'It's Coming Home' se tornará en felicidad y que habrá algo de alegría que añadir al 'tackle' de Bobby Moore y a los goles de Gary Lineker y Charlton.

Pero ya no será en Wembley, el escenario de la última crucifixión inglesa. A Southgate, merecidamente, todo le salió mal. Se encontró con un gol inesperado al minuto dos y especuló hasta el límite. Harry Kane ni tocó la pelota dentro del área italiana. Sus extremos estaban desaparecidos y él era incapaz de reaccionar.

El hombre que mandó al limbo las esperanzas inglesas en el último gran campeonato celebrado en suelo inglés, en la Euro del 96, volvió a dilapidar las opciones de su equipo. Esta vez desde el banquillo, reaccionando tarde y mal. Para la noche negra del fútbol inglés siempre quedarán los dos cambios a un minuto del final. Marcus Rashford y Jadon Sancho, dos jugadores a los que apenas había dado confianza durante el torneo. Dos jugadores que sucumbieron ante la presión. Rashford mandó la pelota al palo, Sancho se encontró con el muro italiano.

Gareth Southgate consuela a Jadon Sancho tras fallar su penalti para Inglaterra (Foto: Cordon Press).

Inglaterra, con el fallo de Bukayo Saka o paradón de Donnarumma, se volvió a ir a casa en una tanda. Esta vez les quedaba cerca. Apenas unos miles de espectadores se quedaron a ver cómo Italia levantaba la copa al cielo de Londres. El resto ya había visto esta película muchas veces. En 1996, en 2004 y hace nueve años. Inglaterra desintegrándose en penaltis. Una cicatriz que estará para siempre en el corazón de los 'Tres Leones'.

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