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Bolo rinde pleitesía a un gran Portugalete

El Club Portugalete se llevó por delante a la Ponferradina.
Kuitxi Pérez

Tras ser apeado de la Copa por el 'Portu', Jon Pérez 'Bolo', entrenador de la Ponferradina, cargaba todo el peso de la derrota a sus espaldas. "No he sabido trasmitir a mis jugadores lo que se habrían de encontrar en el terreno de juego". El 'ex' del Athletic Club, que libró a la 'Ponfe' del descenso a Segunda B la temporada pasada con un gol de 'Yuri' in extremis, sabía mucho y bien del equipo jarrillero. Un "equipo compacto, solidario, intenso". Obsesionado con ahogar a sus rivales a base de una presión feroz y coordinada. El que traslada la batalla a un espacio intermedio. Defender lejos. Para conceder poco. Robar y salir. Abriendo el campo. Velocidad que busca el factor sorpresa. Llegar con claridad. Eficacia a la hora de decidir.

Ideario que se plasmó sobre el verde de La Florida. Un Portu a degüello. "Así saldrán ellos", les dijo Bolo a los suyos. Lo sabían de sobra los del Bierzo. Y sin embargo, su técnico disculpa al grupo mientras con su dedo se señala a sí mismo. Extraño modo de explicar el por qué de su derrota. Dos equipos. Un partido en el que el local somete al visitante por el hecho de que su  entrenador llegó hasta el extremo a la hora del convencimiento. Por su parte, Bolo, como si les hubiera hablado a sus pupilos en un argot ajeno al fútbol. Ni Bolo se confundió ni lo de sus jugadores fue un continuo no 'dar bola'. El Portu eliminó a la Ponfe porque, como declaró en la previa Ezequiel Loza, fue capaz de "minimizar" a su rival y "maximizar" sus prestaciones. Hasta alcanzar una igualdad a partir de la cual pelear por el pase sin complejos.

El Club Portugalete superaba a la Ponferradina de Jon Pérez 'Bolo'.

Copa. Esas eliminatorias en las que parten de salida los que gozan de menos minutos. Donde se mide el valor real de las plantillas. La 'Ponfe' se desprendió de titulares importantes. Cierto. Pero, en ese desnudarse de talento, Loza se fue tan lejos que alteró su once tipo hasta el punto de que tan solo los dos centrales y el lateral zurdo eran cromos conocidos por la afición. Murua, Santamaría, Natxo Ruiz. A partir de ahí, la oportunidad de reivindicarse el resto a los ojos de su entrenador. Visto lo que se vio, Ezequiel Loza tiene motivos suficientes para presumir de el "buen fondo de armario de la plantilla". Rubio, Ayala; Musy, Isuskiza, Valero; Urko Vera. El inédito Zekri en el lateral derecho [ "Camus, sensacional, no le está dando opción"]. Y en la portería, Landeta, ex del River que se estrenaba con el equipo.

Ya de inicio, interpretando de lujo el libreto de Loza. Intensidad. Ritmo. Riesgo, el justo y necesario: si tú no bajas el balón al verde, tampoco lo haré yo. Lucha de gigantes. En el medio del campo está la virtud. Ahí donde parece librarse un duelo de sokatira. Se trata de aguantar. Que la tirada sea larga. Que se extienda en el tiempo. Estar preparados para cuando llegue la hora del último arreón. El definitivo. Para ello, Loza empezó a mover el banquillo. Intercambio de 'elementos'. En el 60', Thaylor y Adrián Guemes saltaron para ocupar la banda derecha y la punta de ataque, respectivamente. En el 70', Txopi dejó el banquillo para ubicarse en la medular. Antes, en el 53', Bolo había dado  entrada al rumano Pascanu en detrimento de Amo. Cuatro jugadores que habrían de resultar decisivos en la suerte de la eliminatoria.

Los jugadores del Portugalete celebran el paso a la siguiente ronda (Foto: Portugalete).

Corría el 73'. La 'Ponfe', como a merced de un Portu poderoso. Los de Loza iban a por la eliminatoria. Concentrados. Atentos a todo lo que se movía dentro del rectángulo. Uno nunca sabe cuándo y cómo hincar el diente. He ahí a Pascanu. Bolo lo sacó para correr y cerrar vías de pase. Parte de una muralla. Se adelantó en exceso, sin embargo. Fuera de sitio, se resbaló. Thaylor olió la sangre que anunciaba una pelota sin dueño. La hizo suya. Salió en estampida para sacar oro del desajuste de la 'Ponfe'. Imparable, se plantó delante del 'sargento Garcia'. A su par había corrido un compañero. Tómala, le dijo. Y Valero marcó a portería vacía.

Era el gol. Uno. El de la victoria. El del pase a la siguiente ronda. Había tiempo por delante. Pero cuando uno es dueño del tiempo, ¿qué temer? Administrarlo. Hacer piña delante del reloj de arena que portaba el árbitro. Ahora, Portu, ahora, "ahora que solo" te "queda esperar a que llegue la hora". Susto. Muerte. Pascanu 'forzó' su expulsión en el tiempo añadido. Sentimiento de culpa, tal vez. Recuerdos de su resbalón. Relato de un robo. Cuando Thaylor se dio a la fuga para compartir con Valero su botín. Era de oro. Oro molido. Eliminatoria superada. Habrá más Copa en La Florida. Una ronda más. Invita la 'casa'.

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