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Churro o el gol del año: una vaselina imposible desde fuera del área que debería ser candidata al Premio Puskas

El momento del gol.
ElDesmarque

¿Churro o gol del año? En el partido que enfrentó a River Plate y al Arsenal Sarandí en un partido de la Copa de la Liga en El Monumental tuvo algunos goles muy curiosos. Fueron en total cuatro goles, pero uno de ellos destaca por encima de todos. El autor fue el colombiano Miguel Borja, delantero del equipo entrenado por Martín Demichelis… y es un tanto bastante difícil de explicar.

Santiago Simón subió el balón por el carril hasta medio campo para darle el balón al delantero, que se encontraba a más de 25 metros de la portería. No sabemos si a propósito o sin querer, golpea el balón de primeras tirándose al suelo haciéndole una vaselina al portero que se quedó petrificado. Si aún no ha quedado claro por escrito, en el vídeo superior, el golazo de Miguel Borja y el resto de tantos del encuentro entre River Plate y Arsenal Sarandí.

Gol del año, Premio Puskas y otras explicaciones

Cabe recordar que el Premio Puskas se entrega en febrero. Hasta entonces tenemos tiempo más que de sobra para encontrarnos muchos más goles que serán candidatos al título. Ha sido una temporada llena de goles espectaculares, pero el que marcó Miguel Borja es uno pocas veces visto. Tirándose al suelo, lejísimos de la portería, con los defensas encima. Lo cierto es que por su reacción y por cómo golpea el balón podría haber sido adrede, lo que lo eleva a categoría de genio. Sin embargo, es tan peculiar la jugada que parece difícil saber si a alguien se le ocurriría algo así.

Desde ahí fue el gol de Miguel Borja.

El resto de goles también tienen su aquel. Nicolás de la Cruz, minutos después, tiraría un zambombazo desde 30 metros que sorprendió al portero del Arsenal. Fue fuerte, pero el arquero debería haber hecho algo más. En la segunda parte, Arsenal Sarandí se encontró con otro gol de churro… o de genialidad. Juan Bautista controla el balón por la banda izquierda, centra con la misma pierna y el balón, que nadie lo toca, acaba entrando en el segundo palo. Este quizás es más churro.

El resultado lo cerró el mismo Miguel Borja marcando un penalti por mano que tuvo que ser previamente revisado por el VAR.

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