Un gol fantasma alborota la liga belga

Los dirigentes de la liga belga de fútbol bien harían en introducir el ojo de halcón en los partidos o cualquier método de nuevas tecnologías que eviten problemas. Todo por un gol fantasma (que no fue) en el encuentro entre el Genk y el Lierse que ha alborotado a todo el país.

El centrocampista Hervé Kage, después de una gran jugada y de un pase de su compañero Christian Kabasele, lanzó un disparo desde fuera del área que chocó con el larguero y cuyo bote dio... en el área pequeña, varios metros sobre la línea de gol. Hasta ahí todo en orden. Kayé se desesperó por la mala suerte y ya estaba dispuesto a seguir jugando pero el árbitro, con la colaboración de uno de sus asistentes, Wim Smet, quiso agraderle la noche y concederle el gol.
Fue ver a su entrenador celebrar el 2-0 y Kayé, que por entonces no tendría muy claro que su disparo quedó muy lejos de ser gol, lo celebró a lo grande, como si fuese el primero en toda su carrera. AHora las caras de desesperación se vieron en os jugadores del Lierse, tan asombrados como los espectadores, encantados estos de que el árbitro concediese el gol.