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México, amalgama de agridulces en la carrera del panameño Eusebio Pedroza

Juan Carlos Gutiérrez

Mérida, 2 marzo .- Eusebio Pedroza, el campeón mundial panameño de boxeo fallecido este viernes a los 62 años de edad, tuvo un inicio internacional que presagió todo lo contrario y sucedió en México.

La carrera del gran "Alacrán" (como fue conocido) tuvo muchos capítulos asociados con México, algunos felices, otros todo lo contrario. Una amalgama agridulce, pero histórica fue la relación del gran boxeador.

En su decimosexta pelea, coincidiendo con en su primera salida internacional cuando militaba en la división de los pesos gallos, Pedroza Silva fue enviado con un récord de 15-1-0 y nueve k.o a disputarle el cetro mundial al subcampeón olímpico de Múnich 1972, Alfonso Zamora, en Mexicali, México.

Zamora, un golpeador de pegada salvaje lo desmanteló en dos asaltos para devolverlo a Panamá con el sello del nócaut en su récord.

Eusebio, un tipo de elevada estatura para esa división, hizo lo correcto y, tras lamerse las heridas, ascendió a la categoría en la que perpetuaría su nombre: el peso pluma.

Después de sumar cuatro peleas, una de ellas derrota por nocaut ante el venezolano Óscar Arnal, no desaprovechó la oportunidad que le fue servida en casa y venció al español Cecilio Lastra para comenzar una saga que lo llevó a imponer una marca de 20 exposiciones de la corona mundial de los plumas, la cual defendió en 19 ocasiones.

Su primera defensa, en la capital panameña, fue ante el de Monterrey, Nuevo León, México, Ernesto Herrera, al que noqueó técnicamente en 12 vueltas, en Panamá.

Poco después, un desafío histórico se le presentó en Houston, Texas, donde hizo la quinta defensa de su reinado ante el icono e ídolo de ídolos mexicano, Rubén Olivares, quien, ante él, buscaba una oportunidad más, la última posible, de volver a ser campeón mundial del peso pluma, privilegio que ya había tenido en dos ocasiones previas.

El resultado fue el mismo que con Herrera, un nócaut técnico en 12 asaltos, con el que Pedroza acabó con la carrera de Olivares a nivel internacional.

Como campeón ya no volvió a combatir con mexicano alguno, pero sí coincidió en el tiempo con otro monarca mundial de su época, el malogrado Salvador Sánchez.

La última pelea del "Alacrán" Pedroza, en 1992, fue contra el mexicano Mauro "Betillo" Gutiérrez, quien lo venció por decisión dividida, años después de haber dejado la corona en las sienes del británico Barry Mc Guigan.

Además de ostentar el récord de defensas de los plumas desde hace ya más de 30 años, Pedroza defendió el título mundial pluma de la AMB en 13 ocasiones en suelo diferente al de Panamá, en ocho diferentes naciones (Estados Unidos, Venezuela, Papua Nueva Guinea, Inglaterra, Italia, Puerto Rico, Japón y Corea) y en cuatro de los cinco continentes (Oceanía, América, Europa y Asia; sólo le faltó África).

Fue un grande del ring que merecidamente pertenece al Salón de la Fama del Boxeo Internacional desde 1999, con un récord de 41-6-1 con 25 nócauts.

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