El Ramadán más peculiar para dos jugadores del Valencia CF
Geoffrey Kondogbia y Mouctar Diakhaby son los dos futbolistas del Valencia CF que comienzan el Ramadán. Los musulmanes, debido a su fe, deben ayunar desde el alba hasta la puesta de sol, pero en el caso de los dos mencionados jugadores no será tan restrictivo como lo es para el resto de la sociedad musulmana. Está manido en España el asunto de cómo aúnan los futbolistas la religión y la profesión, pero sí es verdad que el escenario actual es novedoso. Podrán estar las 24 horas en casa (tentación rima con meditación); y evitarán entrenar al sol y el calor; pero también se encontrarán con las mezquitas cerradas y no podrán rezar en comunidad. Será, sin duda, un Ramadán atípico, triste, para ellos, pero lo van a hacer.
Y es que, tal y como informan desde el propio club, a los futbolistas se les permite no realizar un ayuno completo durante la competición normal durante el día, ya que, en caso de hacerlo, entrarían en riesgo de deshidratación debido a la actividad física que realizan. Por lo tanto, Kondogbia y Diakhaby entran en un Ramadán ligeramente más sencillo debido a su condición de futbolistas de élite confinados.
Kondogbia y Diakhaby no realizarán un Ramadán al uso, sino que podrán comer durante momentos del día. Su condición de futbolistas impide que ayunen completamente, ya que entrarían en riesgo de deshidratarse.
Un Ramadán diferente
La sociedad musulmana comienza este jueves un Ramadán único por el estado de alarma que mantiene las mezquitas cerradas y limita las salidas, nuevos condicionantes a este mes dedicado al ayuno y la oración que deja también hueco a la solidaridad.
Desde esta tarde, la comunidad musulmana celebra un mes dedicado a cumplir con el cuarto pilar del Islam, -el ayuno o "Sawm"-, aunque lo harán por primera vez en la historia con las limitaciones del estado de alarma decretado por la pandemia.
Según ha explicado a Efe el presidente en Granada de la Comunidad Islámica en España, Umar del Pozo, la Mezquita Mayor permanece cerrada desde que comenzó el confinamiento, un condicionante añadido al Ramadán que modificará la parte social, la que se vive en comunidad, pero no afectará ni al rezo ni al ayuno.
"Será un Ramadán diferente porque no se vivirá en la mezquita, tradicionalmente el lugar de encuentro cuando se rompe el ayuno tras la puesta de sol", ha explicado Del Pozo. Del Pozo ha explicado que este año estos espacios no serán el punto de encuentro de familias y amigos para romper el ayuno, compartir la "harira" -sopa tradicional- ni la oración de "tarawih", extensas recitaciones del Corán que duran entre 45 minutos y una hora y cuarto.