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Parmesano, ibérico y champagne para Peter Lim

Peter Lim asomado a su palco y saludando a los aficionados.
David Torres

Peter Lim es el más normal de todos. Apenas le sirven parmesano, Jamón ibérico del bueno, champagne y poco más. Ese es el menú que degustó el máximo accionista en su vuelta a Mestalla. El empresario de Singapur, que llegó en olor de multitudes minutos antes de que comenzara el choque y en compañía de su inseparable amigo el príncipe de Johor, pidió que le sirvieran algo de picar en el descanso.

Peter Lim no es de comer mucho y además venía de comer langosta nada más aterrizar en Valencia, en concreto en la arrocería de la playa de El Saler a la que va cada vez que visita el Cap i Casal. Por eso tampoco pidió más. La gente lo recibió con cariño. Lim, ahora que el equipo va bien, es querido en Valencia. Él, sin embargo, cortés, cedió el paso a su palco particular a su amigo de Johor, la esposa de este y a Cherie, su mujer, que lo acompañó durante toda la jornada.   
Tunkur Ismail Idris, que es como se llama el príncipe de Johor, es un multimillonario al uso, ostentoso y al que no le importa mostrar su riqueza. Su Boeing es dorado y siempre, siempre, va acompañado por un fotógrafo. El miércoles, aprovechando que Lim llegó más tarde, visitó el Oceanográfic, cosa que la institución celebró en sus redes sociales.
 


Pero Peter Lim es otra cosa. Volviendo a él, resultaba curioso ver como los más cercanos al palco del máximo accionista se acercaron a estrechar su mano y él sonriente les devolvió el saludo afectuoso, lejos de las rigideces con las que se ponen todos los cuerpos de seguridad en Valencia cuando Lim aparece. Lim viene aquí a pasárselo bien, pero en términos laborales, es consciente que el día grande no era el del partido, que además, su equipo perdió, sino este jueves, cuando se va a reunir con la cúpula de su club aprovechando que el entrenamiento es por la tarde.  

Hoy reunión en la cumbre

Ese es el momento de ponerse al día de altas, bajas, fichajes, renovaciones, ventas y demás conflictos económicos. Lo del miércoles fue un encuentro social. Acompañando al príncipe de Johor han venido una docena de aficionados asiáticos que coparon los tres palcos que Lim tiene sobre la zona vip de Mestalla. Él, por supuesto, estuvo en el central, viendo y sufriendo con su Valencia, pero vibrando cuando Mestalla se enfureció en pos de un empate que no llegó. 
El Champagne y el agua no faltó, como el parmesano y el ibérico, algunos dulces y fruta. Eso y el cariño de la gente que se alegra de que Lim venga a Valencia y del que espera un gran equipo para la temporada 2018-19.

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