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Jordán vuelve al Sánchez-Pizjuán con una sonora pitada

Jordán, ante el Granada (Foto: Kiko Hurtado).

El partido en el Sánchez-Pizjuán moría con una plácida goleada del Sevilla FC ante el Granada CF cuando todas las miradas se dirigieron hacia el banquillo. Joan Jordán se preparaba para saltar al terreno de juego del estadio hispalense semanas después de su última aparición ante el Celta de Vigo. En el minuto 89, la megafonía anunció el cambio. Soumaré abandonaba el césped para dar entrada al centrocampista catalán. Entonces, las gradas sevillistas recibieron a su jugador con una sonora pitada.

La pitada a Joan Jordán

La grada nervionense es soberana. Tras las ovaciones a Youssef En-Nesyri y a Lucas Ocampos, a Joan Jordán le tocó vivir la otra cara de la moneda. En medio de la fiesta hispalense, el recibimiento al '8' sevillista fue la nota discordante de la noche. El centrocampista, antaño importante en los logros conseguidos, vive en el ostracismo. Apenas seis partidos jugados esta temporada en los que su fútbol ha quedado totalmente desdibujado.

En la noche del domingo vivió un nuevo episodio que pone de manifiesto su divorcio con la parroquia sevillana.

Jordán, ante el Granada (Foto: Kiko Hurtado).

El futuro del jugador

El jugador de Regencós tiene contrato con la entidad sevillana hasta 2027; sin embargo, su futuro parece cada vez más lejos de la capital de Andalucía. La pitada de este domingo hacia su persona puede ser la gota que colma el vaso en una relación oxidada con el paso del tiempo.

Jordán fue uno de los hombres más importantes en aquellas temporadas donde Lopetegui comandó el barco sevillista hacia su sexta Europa League. Pero el paso del mediocentro ha ido de más a menos en su periplo por Nervión. Lo acontecido esta noche en el Sánchez-Pizjuán podría acelerar el proceso de su adiós.

Sin duda, fue una de las imágenes que dejó el encuentro. Más allá de la goleada y más allá de la obra de arte de Lukebakio, el contraste entre el cariño mostrado por la grada hacia sus compañeros y los silbidos en su entrada al terreno de juego han quedado marcado en la noche sevillana.

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