Es Noticia

Su estadio, su ciudad

Rakitic, en la fiesta del Sevilla tras vencer a la Juventus.
Dani Herrera

Las despedidas son una de las situaciones más difíciles a las que se tiene que enfrentar una persona en su vida. Cuesta mucho marcharse y decir adiós. Especialmente de los sitios en los que se ha alcanzado la plena felicidad. Pero nada es eterno y a todo el mundo le llega el momento de dar un paso al lado alguna vez. Tras eso, lo que queda es el recuerdo. Eso sí es inmortal en el tiempo.

Este martes se ha producido por Nervión una de esas despedidas que amargan, las que dejan con lágrimas en los ojos y un mal sabor de boca. Es la segunda vez que Ivan Rakitic se despide de los suyos. En la primera, hubo gente que criticó su decisión de cerrar su primer capítulo como rojiblanco. Muchos no estaban de acuerdo con la salida rumbo a Barcelona de su capitán, el que acababa de devolver al Sevilla al olimpo del fútbol europeo levantando al cielo de Turín su tercera Europa League una mágica noche de primavera.

Ivan siguió su camino porque consideró que era el momento de dar el salto definitivo a su carrera, pero sabiendo que tarde o temprano regresaría al lugar donde fue más feliz. Y así fue. Entre medio, lo ganó absolutamente todo a nivel de clubes, marcó en una final de Champions y llegó a la final de un Mundial con su selección.

Rakitic pide perdón tras marcarle un gol al Sevilla FC como jugador del Barça.

Pero lo más importante para su gente fueron las palabras de agradecimiento y de cariño que siempre tuvo para el Sevilla y para el sevillismo. Para su ciudad, para su club, para su casa. Su corazón hablaba en rojiblanco siempre que le preguntaban. “No puedo decir que nací sevillano ni sevillista, pero moriré siéndolo”.

Hasta que por fin le tocó volver a casa para seguir agrandando su leyenda en Nervión. Hasta convertirse en el jugador extranjero con más partidos en la historia del club, por mucho que se empeñe en decir que él no es extranjero. Y su segunda etapa en el Sánchez-Pizjuán la coronó como no podía ser de otra manera: con una nueva Europa League, la que nadie esperaba. O quizás él sí, porque vaya masterclass de fútbol la suya en Budapest.

Rakitic, celebrando la Europa League ganada en Budapest (Foto: Cordon Press).

Hoy se despide de nuevo con lágrimas en los ojos. Y el sevillismo no puede hacer otra cosa que no sea aplaudir su decisión. Él mismo se ha dado cuenta de que es el momento de dar un paso al lado y le ha enseñado el camino a muchos de sus compañeros, esos que siguen cobrando sueldos millonarios mientras arrastran el escudo del equipo más laureado del sur de España y no tienen la dignidad suficiente para abandonar el club. Ojalá aprendan de él. Ojalá 25 jugadores como Ivan Rakitic en la plantilla.

Tan entendible es su marcha como triste al mismo tiempo, pero como empezamos diciendo al principio de este artículo, el legado que deja el croata más andaluz de la historia está a la altura de los más grandes jugadores que se han visto por el Sánchez-Pizjuán. Atrás quedan dos etapas cargadas de éxitos. Siete temporadas, 323 partidos con el equipo de sus amores y muchas noches que quedarán por siempre guardadas en los corazones de todos los sevillistas.

Ellos, a los que se le escaparon una lágrima de felicidad viéndolo levantar junto a Jesús Navas la Europa League en Budapest, son los mismos que ahora están sufriendo y rezando por no acabar en Segunda División en mayo. De la plata al infierno. Una pesadilla que parece no tener final. Pero Ivan sabe que puede irse tranquilo, porque si una cosa están demostrando es que si estuvieron al lado del Sevilla en las buenas, lo estarán aún más en las malas.

Tifo Biris Norte en la previa del Sevilla-Oporto de Europa League (Temporada 2013/14).

Como dijo en los instantes previos a aquel derbi con goleada incluida al Betis en el túnel de vestuario del Sánchez-Pizjuán. “Es nuestro estadio, es nuestra ciudad”. Y así lo será, Ivan. Nervión siempre será tu estadio, el lugar donde has hecho inmensamente feliz a miles de sevillistas con tu fútbol. Sevilla, tu ciudad, la que te verá más pronto que tarde debajo del Señor de Pino Montano un Viernes de Dolores. Y el Sevilla, tu club, al que llegaste siendo un niño y del que te vas como una absoluta leyenda. Pónganse en pie, se despide Don Ivan Rakitic.

Escribir comentario 2 comentarios
Deja una respuesta
Su comentario se ha enviado correctamente.
Su comentario no se ha podido enviar. Por favor, revise los campos.

Cancelar

  1. Bético riéndose

    Estos de las despedidas si saben hacerlo muy bien, bueno como el equipo es el campo más o menos pa llorar, lástima que esto sea futbol y no una serie de televisoon rosa que casi que tambien

  2. ZAPHIRO

    GENIAL el artículo. Precioso. Chapeau.