Este sitio web utiliza cookies propias y de terceros con fines analíticos y para mostrarte publicidad personalizada (recopilan datos sobre tus gustos y perfil).

Si continúas navegando por el sitio, estás aceptando su uso.

Puedes rechazar la utilización de cookies u obtener más información al respecto en nuestra Política de Cookies

A través de cualquiera de las páginas webs del Grupo tiene la opción de personalizar las cookies tal y como desee.

Es Noticia

Diego Carlos reza, Vaclik va a por Bono, Julen se arrodilla...: todas las reacciones justo en el pitido final

Danny Makkelie entró este viernes en la historia del Sevilla con un simple acto, silbar. El colegiado holandés de la final de la Europa League entre el Sevilla y el Inter de Milán convirtió su pitido final en explosión de felicidad sevillista en Alemania, en Colonia, y en todos los domicilios de los aficionados nervionenses. Pero ese pitido del neerlandés provocó de inmediato un torrente de reacciones, de detalles, a cada cual más emocionante. Y se capta mirando al banquillo justo en ese momento, cuando los futbolistas del Sevilla que estaban en el césped se derrumbaban de alegría, de emoción.

Es curioso observar cómo ese justo momento provoca una cascada de emotivos gestos, de reacciones espontáneas e incontrolables. Todas ellas tienen una historia, un relato. Nos detendremos en algunas que podemos observar en este vídeo que vale su peso en oro.

Por ejemplo, la historia de Diego Carlos. El brasileño, ya sustituido por lesión, estaba de pie en el banquillo. Emocionado, al consumarse la victoria, levanta sus brazos al cielo y da gracias a Dios. Su diálogo divino continúa mientras a su alrededor se desboca una manada de euforia. Saltos, escorzos, carreras...

Carreras como la de los canteranos que asaltan el césped (vaya enseñanza se han llevado en Alemania), carreras como la de Vaclik, que lo primero que hace y luego se comprueba es encaminarse al campo a encontrarse con su colega y sano 'rival', Bono. El marroquí reacciona con un gesto natural, agachándose, apretando sus puños salvadores, a la espera de que se le eche encima luego el checo.

Mientras tanto Lopetegui no puede más que hincar la rodilla en el césped, abatido de felicidad, de alegría, y soportar una montaña de éxtasis, la de su cuerpo técnico sobre él. Luego el técnico, se santigua con lágrimas en los ojos, se acuerda de Conte, al que saluda, y luego empieza su precioso rosario de felicitaciones. A Ocampos, que estaba llorando, tendido en el césped, a Koundé, que corre a unirse a ese abrazo con toda la alegría del mundo.

Y mientras, alrededor, en mundos paralelos y a la vez comunes, se suceden las celebraciones en grupos, individuales, todas emocionantes, todas espectaculares, todas únicas. La de un momento histórico.

Escribir comentario 2 comentarios
Deja una respuesta
Su comentario se ha enviado correctamente.
Su comentario no se ha podido enviar. Por favor, revise los campos.

Cancelar

  1. ESTERCOLERO DE LOS BERMEJALES

    Que no se olvide el "LO CIEN TO" en la final de copa, ahora que a pelen y traguen VIVA EL SEVILLA

  2. OJUN OTRA FINAL OTRA GANA

    JOJOJO PLANTILLON Y FICHAJAZOS Y LE VEMOOO QUITAOO A FAKIRII AR MONCHI JUASJUASJUAS MIAU MIAU QUE GRANDE ERES SEVILLA¡¡¡¡¡¡