La rajada de un Iván Martínez que ya piensa en volver: "Yo encantadísimo, es el club de mi vida"
El Real Zaragoza anunciaba este jueves la decisión de prescindir de los servicios del hasta ahora entrenador del Deportivo Aragón, Iván Martínez, técnico que la pasada temporada se hizo cargo de manera interina de la primera plantilla en LaLiga SmartBank durante ocho partidos. Una responsabilidad que asumió en detrimento de Rubén Baraja siendo consciente del espantoso momento que atravesaba el equipo, y que, meses después, acaba con su aventura en el club de su vida.
Iván Martínez puso todo de sí para encauzar a un Real Zaragoza a la deriva que empezaba a coquetear con el descenso a la categoría de bronce. El entrenador zaragozano no fue capaz de enmendar la situación del conjunto blanquillo por lo que fue relevado en el cargo por Juan Ignacio Martínez, quien finalmente logró el objetivo de alcanzar la permanencia. Pero es que en el breve comunicado del club, ni siquiera recuerda que con el equipo juvenil de División de Honor, conquistó el título nacional en la temporada 2018-2019. Un feo que ha dolido al técnico, quien valoraba los motivos en una entrevista a El Periódico de Aragón.
"Los respeto, pero no los comparto. Esto es fútbol y siempre se dice que si no te cesan una vez no eres nunca entrenador. Es un momento amargo que me toca vivir", aseguraba Iván Martínez en declaraciones al citado medio, en el que dejaba abierta la puerta a un posible regreso a su 'casa' en el futuro: "Nunca me cierro ninguna puerta y menos esta. Si un día me vuelven a llamar, yo encantadísimo, es el club de mi vida, donde he estado trece años y donde he vivido muchas cosas bonitas. En cuanto me llamen, ya sean estas personas, las que compren el club u otras en un futuro habrá que estudiar la situación, claro, pero nunca me negaré a entrenar a un equipo del Zaragoza, sea en la categoría que sea", reconocía.
El zaragozano también explicaba cómo se produjo el cese, algo inesperado para él: "Estoy sorprendido y dolido. Me llamó Ramón Lozano el jueves por la tarde para que me pasara por las oficinas del club y ahí acudí. Se me comunicó ese despido y se me dijo que se ha perdido la confianza en mí y que no me consideran la persona adecuada para llevar al filial. Fue algo inesperado, a 1 de julio no te puedes imaginar una destitución tras haberme comentado hace un mes y medio que iba a continuar", recordaba.
Ahora, afronta una nueva etapa en la que necesita "desconectar y estar con mi familia y amigos", pero con el claro objetivo de volver más pronto que tarde a los banquillos. Y lo hace con un pensamiento claro, quiere lo mejor para su Real Zaragoza: "Soy un zaragocista de cuna, de principio a fin, y así quiero que me vea la afición, como uno de ellos, sufridor ahora como lo son ellos y ojalá lleguen pronto las alegrías y la situación del equipo cambie pronto, porque el zaragocismo y la historia de esta entidad merecen que vuelva a estar entre los mejores cuanto antes", sentenciaba.