Un regreso para romper sus propias estadísticas

Cuando Borja Fernández llegó durante el último mercado de invierno al Real Valladolid lo hizo con la alegría que le suponía regresar a su casa y hacerlo con la obligación de seguir contando su presencia en la categoría de plata con éxitos. Sus dos anteriores experiencias en la llamada 'Liga Adelante' terminaron con el ascenso a la élite. Si en 2007 lo consiguió con el Pucela de José Luis Mendilibar, cinco años más tarde lo firmó con el Deportivo de la Coruña.

 
En esta ocasión su objetivo era el mismo pero el resultado mucho peor. Catastrófico. Ha sido imposible repetir hazaña. Con 17 partidos disputados y solo cuatro victorias en este tiempo, el ascenso era inviable y la temporada obligaba a luchar por el objetivo que "realmente" tocaba, como el propio centrocampista gallego aseguraba en Instagram al poco de conseguir la salvación. Su regreso no ha tenido tintes ilusionantes. Ni a nivel global ni individual el regreso de Borja al Real Valladolid deja un buen sabor de boca. Tanto es así que pese a tener contrato con el Pucela por el número de minutos disputados, no va a continuar en la disciplina blanquivioleta.

Sorprendente relevancia

El pasado más reciente estuvo en las suyas y el resultado fue muy bueno. Cuando el canterano del Real Madrid regresaba al Nuevo Estadio José Zorrilla, nadie esperaba que lo hiciera para disputar un total de 1.253 minutos. El jugador, teóricamente, iba a adoptar un rol muy secundario pero durante el final de Miguel Ángel Portugal y durante toda la etapa de Alberto López fue determinante.
La realidad es que siempre que no estuvo sancionado fue titular con el entrenador de Irún. Disputó seis de los siete partidos del que fue su compañero de vestuario, jugando 518 minutos de los 540 posibles. Una apuesta sobre seguro del cuerpo técnico del Real Valladolid que aportó estabilidad al juego pucelano y sensatez al entorno. Puede gustar más o menos pero el futbolista sabe qué se necesita para triunfar y qué debe hacer para conseguirlo en su casa, Valladolid.
A su juego hay que añadir duras declaraciones en el momento en el que veía que el equipo no funcionaba y en el que se metía en problemas demostraron el peso del jugador en esta su segundo etapa en Zorrilla. En Pamplona aseguró que con el escudo no se gana. El toque de atención ya lo había hecho días antes en la sala de prensa del recinto vallisoletano. Veía gente fuera y exigía "meterla". Diferentes partidos le llevaron a levantar la voz para asegurar que este Pucela no estaba "a la altura de lo que es este club".

Liderazgo

Borja ha ayudado mucho al Real Valladolid en esta triste temporada. Pese a que esta segunda etapa del gallego le ha roto su estadística de ascensos a Primera, el '6' recordará este regreso con cariño y el entorno también debería hacerlo. Pese a que los lectores de ElDesmarque Valladolid no estén de acuerdo con su renovación deben valorar el peso que el '6' ha tenido en la salvación del equipo. Sin él, muy posiblemente, hubiera sufrido aún más por salvar la categoría. Su trabajo no fue solo en el césped. Trató de unir a un vestuario roto y que no remaba por el éxito del club que a él le cambió la vida en el año 2006.