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Diegui Johannesson, un maliayés en Islandia

Diegui Johannesson disfruta de su tiempo libre.

Diegui Johannesson (Villaviciosa, 1993), llegó al Real Oviedo en la categoría de juveniles, y desde entonces no ha dejado de vestir la camiseta azul. El jugador asturiano renovó su vinculación con el conjunto ovetense en marzo, ampliando su contrato hasta junio de 2021.

Diegui es hijo de padre islandés y madre española, nació en 1993 en un parto de trillizos. Su carrera deportiva comenzó en varios clubes de Gijón. De uno de ellos, el Llano 2000, fue su último equipo antes de llegar al Oviedo en el año 2011 Antes de todo esto, Johannesson estuvo cerca de dar el salto cuando realizó una prueba para jugar en el Atlético de Madrid, aunque no cumplió las expectativas.

Diegui celebra su gol ante el Rayo Majadahonda (Foto: Luis Manso).

Su debut con el primer equipo del Real Oviedo se produjo en septiembre del año 2014, en un partido de Copa del Rey frente al Amorebieta. En esa temporada, con Sergio Egea en el banquillo del conjuto azul consiguió el ascenso a Segunda División. En ese año jugó 11 partidos en Segunda B, cuatro en Copa del Rey y dos en la promoción de ascenso a segunda.

La ascendencia islandesa de su padre le permitió jugar con Islandia en varios enfrentamientos internacionales. Una vez se hizo con la nacionalidad, volvió a ser citado por su selección y viajó a dos concentraciones con carácter previo al Mundial de Rusia de 2018. Su convocatoria con Islandia a pocos meses del último mundial, hizo soñar al oviedismo con la posibilidad de que un canterano del equipo azul pudiera volver a a un Mundial. Finalmente Diegui Johannesson no llegó a ser incorporado en la lista de Islandia, pero la repercusión del Real Oviedo aumentó a nivel internacional. El mismo jugador reconocía que se empezó a seguir al club en el país nórdico y que le habían solicitado entrevistas medios de comunicación extranjeros.

Diegui Johannesson posa con la camiseta de Islandia durante una entrevista.

La dedicatoria del primer gol como profesional fue un guiño hacia sus compañeros de selección. Lo vieron y le agradecieron su gesto, y le ayudó a familiarizarse con las costumbres de Islandia. Con carácter previo al Mundial, los jugadores del Oviedo al acabar el partido, y siempre que se ganase en casa, se ponían en formación y hacían un ritual, "La Haka Islandesa". Todos los jugadores se colocaban en círculo con Diegui en el centro y comenzaban a aplaudir con las manos encima de la cabeza. La cadencia de aplausos aumentaba a medida que se iban dando palmadas. El sonido de las manos se acompaña de un grito en cada aplauso.

Diegui estuvo cerca de salir en el mercado de verano, sobre todo a raíz de la incorporación de Juanjo Nieto. Finalmente, tomó la decisión de quedarse en el club y luchar por un puesto, aunque la falta de oportunidades pueden haberle hecho cambiar de opinión. Con Rozada, el canterano fue titular, pero desde ese momento, en la jornada seis, no ha vuelto a estar convocado. De continuar sin minutos no sería nada extraño que se viera obligado a salir en el próximo mercado invernal del mes de enero.

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